El Cádiz vino a ganar, lo mismo que Osasuna. Ambos cogieron el guante y, sin la tensión de la competición y pese al VAR, ofrecieron un encuentro entretenido y con goles. Ganó el mejor.
Salir de Madrid con el titular da “dando la cara” suena a tópico. Lo malo es que, aunque sea verdad, suena a que la frase lleva implícita la realidad de que te la han partido.
El Celta mostró más intención y ocasiones en la primera parte, donde no hubo ni un remate rojillo. Osasuna reaccionó y bien en la segunda, pero el Celta ya tenía el partido de cara y acertó a mantenerlo ahí.
Después de la brillante ante el Valencia gracias a un fútbol alegre, brillante y arrollador por momentos, a Osasuna ya le sobran puntos para la permanencia.
Muy superior Osasuna al Elche, de principio a fin. Todo partido de fútbol puede torcerse en cualquier acción desgraciada, pero el de los rojillos ante los ilicitanos, ni por ésas.
Arrasate mandó jugar a sus hombres, y éstos demostraron que saben hacerlo. Demostraron que a veces la mejor defensa es crear peligro arriba. Así sorprendieron a Unai Emery, que pensaba hacerse con los tres puntos sin perder la gomina.
Partido muy parecido al de la primera vuelta. Entonces ganó el Getafe, que apostó más tras el descanso. En esta ocasión reaccionó Osasuna, pero no tiró a puerta hasta la prolongación. Un fiasco horroroso.
En este tipo de derrotas suelen abundar titulares de “con la cabeza alta”, “merecieron más” o “el marcador no hace justicia”. Tan gastados están que apelar a ellos en esta ocasión parece más un tópico que una realidad.
En un partido trabado, casi de patio de colegio por el número de efectivo que reunía el balón a su alrededor, Osasuna propuso más y mejor, con mayor claridad y eficacia, y se impuso al Alavés con todo merecimiento.