• sábado, 27 de abril de 2024
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Opinión / San Fermín

La foto de San Fermín del uno de enero: John Kimmich Javier

Por La escalera fotográfica de Aliaga y Nagore

John Kimmich Javier inició su trayectoria como reportero en los años ochenta con un artículo sobre los Sanfermines publicado en Chicago Tribune. Desde entonces ha faltado en contadas ocasiones a la cita de las fiestas de Pamplona. Durante estos años persiste en fotografiar el encierro desde el vallado de la curva de Mercaderes.

9 de julio de 2009. ‘Pelicano’ de la ganadería de Fuente Ymbro sembró el peligro en la curva de Mercaderes con Estafeta (Foto John Kimmich Javier, cortesía del autor)
9 de julio de 2009. ‘Pelicano’ de la ganadería de Fuente Ymbro sembró el peligro en la curva de Mercaderes con Estafeta (Foto John Kimmich Javier, cortesía del autor)

Entre el chupinazo de apertura del portón de los corrales que inicia el encierro de Pamplona y la llegada de la manada al final de Mercaderes apenas transcurre un minuto. De todo el trayecto la curva de Mercaderes con la calle Estafeta constituye un punto estratégico en donde hay probabilidad de que la manada se rompa. Y es que lo que ocurra en este emblemático lugar es el primer síntoma de lo que va a suceder en el resto recorrido.

La planicie de la plaza Consistorial que se extiende a lo largo de 100 metros de la calle Mercaderes, propicia que la torada vaya recuperándose de la subida de Santo Domingo y ganando velocidad. Ahora bien, cuando los toros, desconocedores del recorrido, son los que abren la carrera, al encontrarse con el abrupto giro de 90 grados con la calle Estafeta, resbalan e inevitablemente provocan un brutal choque contra el madero del vallado.

Para aminorar los resbalones, desde el año 2005 se aplica en Mercaderes y en la curva un antideslizante que libera de suciedad a los microporos de la sílice de las losetas. El efecto químico se explica como “efecto ventosaque impide el deslizamiento de reses y corredores, sobre todo si el pavimento está mojado. A lo largo de dieciséis años, el producto Pavintek del que se esparcen 1.500 litros en distintos puntos del recorrido, ha demostrado su eficacia con resultados incontestables: ha reducido la duración media del encierro en 40 segundos y, lo más importante, ha descendido el número de heridos por asta de toro.

Lo cierto es que la curva de Mercaderes, con o sin antideslizante, además de constituir la primera meta volante del encierro es un punto en el que suceden un sinfín de escenas de riesgo. Por eso, los diez puestos del vallado disponibles se han convertido en objeto del deseo de fotógrafos. Durante años, el fotoperiodista Javier Sesma ha vivido en el vallado situaciones dramáticas -incluso él mismo ha sufrido algún percance-, reconoce que “Es el único sitio en el que puedes oler al toro de verdad”.

De todos modos, no pensemos que el lugar lo hace todo, de hecho la icónica foto tomada en este punto por Jim Hollander fue fruto de la constancia de diez años sanfermineros dedicando dos o tres días al contrapicado. Otros fotorreporteros han recalado con asiduidad en Mercaderes como el añorado Luis Azanzaasí como Xavier Landa en sus tiempos de colaborador de Deia . No podemos olvidarnos de Pío Guerendiáin que ha cubierto la zona con fines artísticos; primeramente, desde el balcón y más recientemente en la gatera desde donde logró el cartel de la Feria del Toro de 2016.  

De todos los fotógrafos profesionales el más constate es, sin lugar a dudas, John Kimmich Javier que lleva más de treinta años fotografiando el encierro de Pamplona, casi exclusivamente, desde el vallado de esta curva. En consecuencia, nos hemos enfrentado a la ardua tarea de seleccionar una foto entre buenas y mejores. Al mismo tiempo, tenemos el sentimiento de que, al escoger una, cometemos una injusticia con el resto, porque sus fotos del encierro son indiscutiblemente merecedoras de formar parte de la galería de la Escalera Fotográfica.

9 de julio de 2009. ‘Pelicano’ de la ganadería de Fuente Ymbro sembró el peligro en la curva de Mercaderes con Estafeta (Foto John Kimmich Javier, cortesía del autor)
9 de julio de 2009. ‘Pelicano’ de la ganadería de Fuente Ymbro sembró el peligro en la curva de Mercaderes con Estafeta (Foto John Kimmich Javier, cortesía del autor)

Al final hemos dado prioridad a una foto que refleje la esencia de lo que entendemos es el encierro de Pamplona: el reto entre el corredor y el toro, que a su vez transmita una sensación de peligro sin chabacanería, ni morbosidad. Atendiendo a esta premisa, creemos que la foto tomada el 9 de julio de 2009 por Kimmich Javier cumple perfectamente, y añade además el ingrediente de la singularidad. En ella distinguimos tres mozos protagonistas y un morlaco de 540 kg de la ganadería Fuente Ymbro de nombre ‘Pelicano’.

El mozo del primer plano, que luce un llamativo tatuaje en el antebrazo derecho, trata desesperadamente de esquivar las astas del toro. Ahora bien, la inclinación de su cuerpo y la posición cruzada de su pie derecho pronostican una caída inmediata. Todo indica que la faja que tiene enroscada en el pie traba su desplazamiento, amagando con un tropezón, como finalmente ocurrió: el corredor cayó al suelo.

El segundo mozo, con pantalones cortos, que lleva un periódico enrollado en la mano derecha a la vieja usanza, en una maniobra poco ortodoxa, se ha encaramado a los lomos de ‘Pelicano’. Parece ser que éste para evitar tropezar con el tercer corredor, ya caído en el suelo, tomó impulso para pasar por el lomo del Fuente Ymbro. Es precisamente este corredor el que confiere a la instantánea de una espectacularidad excepcional.

Afortunadamente, los dos corredores fueron agraciados por el capote de San Fermín. Al del tatuaje no le pasó nada, tampoco al del acrobático vuelo que aterrizó de manos; se levantó y continuó la carrera como si nada.    

Sin embargo, instantes más tarde sucedió lo grave, ‘Pelicano’ se dirigió a un grupo de cinco corredores que se encontraba caído al inicio del lado izquierdo de la Estafeta, en la esquina de Pío Guerendiáin, empitonando en el glúteo derecho al norteamericano Marcus Donald. Los otros cuatro corredores del montón resultaron ilesos. El toro de Fuente Ymbro se quedó descolgado de la manada; posteriormente en la bajada del callejón a la plaza de toros, arremetió contra el vallado y a punto estuvo de cornear al pastor Humberto Miguel.  Por suerte no pasó a mayores.

Cuando preguntamos a John Kimmich Javier, cuál es el atractivo de la curva de Mercaderes para perseverar en el mismo sitio durante más de seis lustros, nos reconoce que le gusta ver los toros de frente y que todavía no tiene la fotografía perfecta. Una de las ventajas, es captar lo que denomina “bocata de guiri”: pared, guiri y toro. Los incautos guiris toman la curva siguiendo la trayectoria de la manada; es decir, por el lado izquierdo de la Estafeta. Error que no cometen los corredores lugareños que se abren a la derecha.

Entre otras ventajas John nos confiesa una frivolidad, acabado el encierro, “soy el primero en la cola de la churrería La Mañueta”. En fin, los atractivos de la curva para Kimmich Javier son variopintos.

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