Representantes de la
Asociación LARES, que agrupa a más de la mitad de las residencias para mayores de toda Navarra, ha defendido su contribución a la promoción del sector de la
dependencia y especialmente el papel desempeñado durante la pandemia, con su
modelo de Atención Integral Centrada en las Personas (ACP).
Ha sido en el Parlamento foral, donde han explicado que el modelo que defienden
busca la calidad de vida de los residentes y
pretende su atención y cuidados teniendo en cuenta a cada persona, sus preferencias, autonomía, derechos, inclusión social y participación, entre otros conceptos, con los que la totalidad de los grupos políticos ha estado de acuerdo.
Este defiende "el empoderamiento de las personas, la importancia de sus gustos, voluntades, el mantenimiento de su estilo de vida, y en definitiva, de su biografía", ha asegurado el presidente de Lares Navarra, Eduardo Mateo, una asociación constituida en 1992, que emplea a
más de 1.500 profesionales y
gestiona un total de 2.520 plazas, de las que
705 son concertadas con el Gobierno de Navarra.
Ha repasado lo ocurrido desde que
en 2018 presentaron en este mismo foro su plan estratégico, que abordaba cambios tanto en asistencia como en instalaciones, y tenía como pilar el modelo ACP, en el que han sido pioneros y que siguen afianzando día a día con una
red de formadores para el personal de los centros.
En este proceso ha sido
clave además el
cambio desde 2019 del
modelo de concertación de plazas en los centros, aunque "la pandemia ha puesto sobre la mesa nuevas necesidades" y debe a su juicio revisarse ese acuerdo marco, porque los centros han sufrido una
reducción de ingresos y un aumento de costes.
También
ha cambiado LARES el
modelo residencial, con
actividad preventiva y comunitaria para enseñar a los mayores a mantenerse autónomos, con apoyo a las necesidades que puedan ir teniendo, por lo que su
propuesta es rodear a estas personas del acceso a servicios como atención médica, viviendas adaptadas, lavanderías, e incluso estancias residenciales que puedan necesitar.
Por otro lado, Mateo ha subrayado la
necesidad de los trabajadores de un "convenio colectivo de referencia acorde con el trabajo que se realiza en los centros", un proceso que se encuentra en su inicio en la Mesa Negociadora, en la que ha animado a "hacer un esfuerzo".
En el capítulo de inversiones, ha
pedido revisar las instalaciones de las residencias especialmente en telecomunicaciones y domótica, como demuestra que muchas residencias rurales aún hoy no disponen de fibra óptica.
Su
reivindicación se ha incrementado en cuanto al desarrollo de la coordinación social y sanitaria, con un convenio firmado en 2019 para Navarra con el
objetivo "no de sanitanizar los centros, sino de
garantizar los cuidados de los residentes", aunque "el departamento de salud nunca ha creído en ello y no ha puesto interés en ponerlo en marcha. Y lo lamentamos, porque la pandemia nos ha dado la razón", ha subrayado.
Por su parte, la secretaria técnica de Lares Navarra, Beatriz Lacabe, ha explicado que
este trato cercano que propone Lares conlleva más personal y otros cambios, que ha visualizado con un plano que sitúa a una residencia en el centro con el resto de servicios que giran a su alrededor.
Se trata de "
empoderar a las personas mayores y contar con ellas", ha señalado tras recordar un proyecto piloto iniciado en Tafalla, pero "son solo 2 ó 3 plazas respecto a las 2.500 totales".
En el turno de los grupos
todos se han mostrado de acuerdo en el modelo propiciado por Lares de atención centrada en la persona y han asegurado su apoyo a la labor.
En el lado crítico, desde EH Bildu, Patricia Perales ha considerado que
debería ser la administración pública la que liderara este proceso de cambio de modelo, mientras que Marisa De Simón ha alertado del
peligro de que este tipo de atención "se mercantilice" y por ello ha apelado al "desarrollo" de este modelo al que puede contribuir el Parlamento.