• martes, 19 de marzo de 2024
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POLÍTICA

La comida ilegal de Chivite en el Palacio de Navarra debería costarle más de 9.000 euros en multas

La presidenta organizó un acto prohibido e infringiendo la Orden Foral de su propio gobierno y celebró una comida con una docena de no convivientes a cargo del erario público. 

La presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, durante el pleno en el Parlamento de Navarra. EUROPA PRESS / EDUARDO SANZ
La presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, durante un pleno en el Parlamento de Navarra. EUROPA PRESS / EDUARDO SANZ

La comida ilegal organizada por María Chivite en el Palacio de Navarra le hubiera costado a cualquier grupo de ciudadanos más de 9.000 euros en multas, algo que no ha ocurrido con la presidenta y sus invitados, a pesar de que se hizo en un edificio público y custodiado por la Policía Foral, que debe velar por la legalidad y el cumplimiento de las normas. 

María Chivite organizó una comida para varios invitados de la empresa Acciona el pasado martes 17 de noviembre burlando la normativa contra el coronavirus impulsada por su propio gobierno y por la que se persigue y sanciona a los ciudadanos cuando incumplen algunos de los preceptos. 

En la cita participaron una docena de no convivientes, que quebrantaron varios de los puntos obligatorios de la Orden Foral, firmada por la consejera de Salud, Santos Induráin.

Navarra vive una grave situación por la nefasta gestión del Gobierno de María Chivite que colocó a la Comunidad foral como una de los peores de Europa en incidencia de casos de coronavirus, con una terrible cifra de muertes y de ingresos hospitalarios. 

La propia Chivite impuso hace algo más de un mes un estado de alarma encubierto por el que se decretó el cierre de todos los bares y restaurantes de Navarra, así como la prohibición de mantener reuniones privadas de más de 6 personas, siempre y cuando fueran siempre con mascarilla y distancia de seguridad. Las comidas entre no convivientes eran el gran objetivo a evitar, al tiempo que se señaló a la hostelería como la culpable de la situación. 

Estas decisiones han afectado de manera muy directa a las empresas, pero también a las relaciones sociales y familiares, que se han tenido que anular. Decenas de navarros no pueden reunirse en torno a una mesa con sus amigos o familia por la orden de María Chivite. 

A pesar de todo esto, y en clara demostración de esta por encima del resto de ciudadanos, Chivite programó una comida en el Palacio de Navarra a sabiendas de que se conculcaba de forma grave la normativa para frenar el coronavirus y que los ciudadanos cumplen con ejemplaridad, a pesar de las graves consecuencias económicas que acarrean. 

Si esta cita la hubiera montado un grupo de ciudadanos anónimos, hubieran sido sancionados por la policía con cientos de euros en multas, mientras que en el caso de María Chivite y su consejero Manu Ayerdi, que también asistió a la cita, no tiene consecuencias económicas ni políticas.

María Chivite, según la gravedad de las infracciones, debería ser sancionada con 3.000 euros por la organización de un evento prohibido y ser la anfitriona, tal y como se está multando a los propietarios de pisos en los que la policía detecta a más de personas de las permitidas en las viviendas. 

Es la misma multa que recibiría una persona que mantuviera actividad en un pipero o sociedad gastronómica, algo similar a lo que montó Chivite con dinero público en el Palacio de Navarra: una comida ilegal. 

Además, a todos los asistentes, incluido el consejero Ayerdi, habría que sancionarles con multas de 600 euros a cada uno, que son las que se aplican a las personas que participación en encuentros de más de 10 personas y no son convivientes. 

En este caso, se podría añadir la sanción a cada uno de los participantes en la comida ilegal otra multa por no usar la mascarilla, una multa que oscila entre los 100 y los 300 euros, en función de si había o no distancia de seguridad, aunque la multa se impondría de igual manera. 

La Orden Foral aprobada por el Gobierno sólo permite las reuniones de trabajo con mascarilla y distancia de seguridad, explicitando un máximo de 6. 

Textualmente se dice: "Sin perjuicio de la obligación de respetar las medidas de seguridad e higiene establecidas por las autoridades sanitarias para la prevención del Covid-19 (mascarilla, limpieza de manos y distancia de seguridad), la participación en cualquier agrupación o reunión se limitará a un número máximo de seis personas en espacios públicos y privados, excepto en el caso de personas convivientes". 

Es decir, que la comida no sólo incumplía la principal orden de evitar comidas y encuentros sin mascarilla por la que se ordenó el cierre de bares y restaurantes, sino que también lo hizo con la obligación sobre el número de personas participantes, que superó el de 6 personas

La Orden Foral firmada por la consejera de Salud Santos Induráin señala que sólo quedan excluidos del cierre y suspensión los servicios de restauración "los centros y servicios sanitarios, socio·sanitarios, los comedores escolares, y los servicios de comedor de carácter social", al igual que los restaurantes para huéspedes de hoteles o algunos abiertos en zonas de carretera y polígonos para trabajadores del sector del transporte. 

Hay que reseñar que el Gobierno de Navarra no informó de la celebración de esta comida  completamente prohibida por la normativa, y se limitó a señalar en una nota de prensa que la presidenta Chivite había visitado las instalaciones de la empresa Acciona en Sarriguren. 

El Ejecutivo se preocupó en mostrar fotos del grupo al aire libre con mascarillas y distancias de seguridad, aunque al poco rato y ya sin las cámaras, tuvieran previsto incumplir la norma y burlarse de manera flagrante de los ciudadanos con una comida que ningún otro navarro puede celebrar sin ser multado. 


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