La presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, ha acudido junto a los presidentes de las demás Comunidades Autónomas, a excepción de los del País Vasco, Íñigo Urkullu, y Cataluña, Pedro Aragonés, al desfile de las Fuerzas Armadas, organizado con motivo del Día de la Hispanidad.
Chivite, que vestía un traje de manga corta abotonado por delante de color turquesa, se ha sentado junto a las otras dos presidentas de comunidad autónoma, las populares María Guardiola (EXtremadura) e Isabel Díaz Ayuso (Madrid).
La socialista, que recientemente ha sido reelegida para el cargo con los votos de los herederos políticos de la banda terrorista ETA, con quienes ha pactado no sólo su investidura, sino el reparto de asientos en las principales instituciones de Navarra ha mostrado con gesto contrariado su reprobación a lo que ha sido un clamor popular durante los momentos previos y posteriores a la celebración del desfile de las Fuerzas Armadas con el que se conmemora el Día de la Hispanidad.
Las miles de personas que han seguido en las inmediaciones de la Plaza de Neptuno, el lugar en el que se ha ubicado la tribuna de autoridades, han seguido con máximo respeto tanto el desfile, como la llegada de los reyes Felipe VI y Letizia, así como de su hija, la infanta Leonor.
Pero a la llegada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Chivite ha comprobado y revivido momentos de campaña en la que los ciudadanos le han recordado la bajeza de sus pactos con los proetarras al grito de "Que te vote Txapote", y de su seguidismo político hacia Pedro Sánchez, a quien le han afeado la más que segura amnistía para los golpistas de Cataluña al grito de "Puigdemont, a prisión".
