Todos conocemos -e incluso hemos hecho chistes- con los apellidos más largos de España, que sin duda proceden del euskera y en el que se juntan varios linajes y familias.
Pues con los topónimos (nombres de lugares) sucede lo mismo y uno con el nombre más largo de España y uno de los más largos de Europa, se encuentra en Navarra.
Pertenece al término municipal de Azpilcueta, en el valle del Baztán, la localidad natal de la madre de San Francisco Javier, María de Azpilcueta, quien se casó con el noble, Juan de Jaso, señor de Idocín, Zozoya y Subiza.
En toda la zona norte de Navarra, los parajes y lugares eran nombrados desde la antigüedad en la mayoría de las ocasiones por las características del entorno. Y justo a este lugar decidieron llamarle Azpilicuetagaraycosaroyarenberecolarrea. No nos hemos inventado ni una letra. Pueden comprobarlo. Para que todo el mundo lo entienda, significa algo así como "corral alto en el campo bajo de Azpilcueta". Y Azpilcueta, a su vez, se podría traducir según unos expertos como "zona baja y tranquila" y según otros, como "lugar cerrado con piedras".
Sea como fuera, se refiere a esta zona del valle del Baztán que hoy en día cuenta con poco menos de 200 habitantes en sus cuatro barrios: Arribiltoa, Apaioa, Urrasun y Zuaztoi.
La historia de Azpilcueta está plagada de referencias, al igual que en todo el valle, a brujas y lamias durante la edad media. Sus casas y palacios de piedra invitan al paseo tranquilo y sosegado y a admirar una arquitectura típica del valle que le confiere un encanto especial a la localidad.
Con lo largo que es el nombre de este paraje, no es el más largo del mundo. Ni siquiera de Europa. Si usted es capaz de pronunciarlo, se llama Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrn-drobwllllantysiliogogogoch y está en una isla de Gales. Significa en galés "iglesia de Santa María en el hueco del avellano blanco cerca de un torbellino rápido y la iglesia de San Tisilio cerca de la gruta roja". Sin embargo, el nombre del pueblo era Llanfair y cuenta la historia que tiene truco, y que sus representantes municipales le añadieron letras y significados al topónimo oficial en galés para poder convertirse en el más largo del mundo.
Por cierto, no lo consiguieron. En Nueva Zelanda hay un pueblo que tiene un nombre más largo y horrible de pronunciar todavía: Taumatawhakatangihangakoauauotamateaturipukakapikimaungahoronukupokaiwhenuakitanatahu. Y no, no hay ni una sola letra inventada.
En Maorí significa: la cima en la que Tamatea, el hombre de las grandes rodillas, el que se desliza, el escalador de montañas, el que tragaba la tierra y viajaba por todas partes, tocaba su flauta de nariz a su amada. Pueden comprobarlo.
