• viernes, 26 de abril de 2024
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Opinión / osasuNAvarra

Adolfo Araiz sí que decide

Por José Mª Esparza

El Parlamento debatió sobre el derecho a decidir, pero aquí el único que decide es el ideólogo Adolfo Araiz que lo propuso. Con Podemos tiene un 2x1 cada día más claro, y a Geroa Bai se la merienda.

Finalmente, el debate del derecho a decidir pasó de puntillas. Decepcionó absolutamente. A nadie importa el batuburrillo de las propuestas aprobadas. Quien sea capaz de recordar una sola de las dieciséis merece un premio.

La ciudadanía pasó como de la peste de un debate ficticio, inventado… interesado. Ni siquiera respondió a su verdadero contenido. Hasta en eso nos engañaron. Para nada se habló del meollo de la cuestión, la cuestión identitaria, las relaciones de navarros y vascongados. ¿Miedo al fracaso? Por supuesto, pero tampoco se trata de eso. El líder de Bildu, su portavoz, Adolfo Araiz es lo suficientemente listo como para evitar un órdago sin cartas. ¿Por qué entonces un debate que solo sirvió para las dietas parlamentarias?

Hay que seguir trazando el camino con paciencia. Ahora toca tantear, sembrar. De hecho, a Adolfo Araiz, verdadero ideólogo del proceso, el derecho a decidir le importa tres puñetas. Primero quiere tenerla todas consigo, y en ésas anda. Ya se encuentra donde ni podía haber soñado hace unos meses, cerebro gris de Gobierno y Parlamento. Maneja al primero y juega con el segundo.

No necesita ni dar la cara, sus comparecencias públicas las mide por sonrisas. Nada que ver con el político de los años 90. Ahoa tiene a Geroa Bai en Palacio bajo su espada de Damocles. Lo toma o lo deja. O hace caso o adiós a la poltrona. No le estorba ahí IE, con presencia más simbólica que real, si bien tiene un pequeño problema en los dos parlamentarios de la antigua Izquierda Unida. Ni los controla, ni sabe por dónde le van a salir. Con los peneuvistas coincide en lo básico y, aunque llevan diferente libro de ruta, sabe de dónde agarrarlos. A IE, no. Y sin ella tampoco sería posible el Gobierno. Un incordio.

En cambio, tiene bajo control total a Podemos, una decepción por el entreguismo de su líder Laura Pérez. Fue votada para dirigir Podemos por las huestes de Adolfo Araiz en las primarias sin control donde resultó elegida, pero de ahí a no saber ni qué votar sin mirarle… Sorprendió con su abstención en la valoración de las oposiciones con el 70 por cien de plazas para euskera, pero cambió tras la reprimenda del tafallés. “No tenía datos” argumentó después para dar su apoyo. La coincidencia de Laura Pérez con Adolfo Araiz llega a sonrojar. Los podemitas actúan como sucursal de los bildutarras, algo difícil de imaginar que aprueben sus bases reales, no las de Sortu.

Así que las líneas rojas que tiene el líder de Bildu para campar a sus anchas son IE en el Parlamento y la mayoría social en la calle. Tampoco le importa mucho. Tiempo al tiempo. Este Gobierno ya ha hecho caso omiso de mandatos parlamentarios, algo que sus socios criticaron con saña en la legislatura anterior. Respecto a la calle, la estrategia es otra, la de la imposición. Ya lo avisó Karl Popper en “La sociedad abierta y sus enemigos”, donde tacha de totalitarios a nacionalistas y populistas, es decir, las dos cartas marcadas con que el político tafallés juega su partida. Suficientes para seguir avanzando en sus objetivos, aunque no sean para nada los de Navarra


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