La saga cinematográfica de 'Star Wars' anticipó una serie de tecnologías, de las que muchas de ellas ya están comercializadas o en fase de desarrollo, como la robótica, la inteligencia artificial, la biónica, los drones o los hologramas.
Así lo ha afirmado el astrofísico y divulgador Fernando Ballesteros Roselló, quien ha repasado la ciencia presente en estos filmes en la primera conferencia del ciclo "Arte, Ciencia y Tecnología: miradas diferentes a una misma realidad", organizado por la Universidad Pública de Navarra, en colaboración con el Planetario de Pamplona y con ayuda de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.
En su conferencia "La ciencia en 'Star Wars", ofrecida el pasado fin de semana, este experto señaló que, si bien esta saga cinematográfica se ha puesto como ejemplo de "la mala ciencia y es verdad que tiene fallos", sus creadores "tuvieron aciertos, pese a no contar con asesores científicos, y se atrevieron a tratar estos temas con mucho desparpajo".
FASCINADO DESDE PEQUEÑO POR LA SAGA
El astrofísico y divulgador científico, según informa la UPNA en un comunicado, recordó que cuando era un niño vio 'La guerra de las galaxias' y quedó fascinado con los robots, con máquinas que conviven con la gente y hacen tareas rutinarias de una forma autónoma, interaccionan y tienen conversaciones con humanos. Entonces pensó: "qué chulo tiene que ser el futuro".
Afirmó que actualmente se encuentra "muy contento" porque está viviendo en el futuro y está rodeado de máquinas, apuntando que hay robots en su casa que hacen tareas y puede tener conversaciones con inteligencias artificiales. "Me he dado cuenta de que, hasta cierto punto, he conseguido llegar a ese momento de la historia reflejada en el cine", reconoció.
De hecho, el ponente, doctor en Física y jefe de instrumentación del Observatori Astronòmic de la Universitat de Valencia, enumeró las tecnologías vistas en la saga cinematográfica y presentes en la sociedad.
Empezó por la robótica, con robots cotidianos (desde la lavadora a la barredora autónoma, pasando por máquinas que limpian el fondo de las piscinas o cortan el césped), inteligencia artificial (el traductor de Google o la realidad aumentada), robots bípedos (sobre los que "se está trabajando para que sean estables") o los emocionales.
A continuación aludió a la biónica, para lo que citó ejemplos de prótesis como la retina artificial, los implantes cloqueares, el corazón artificial, las manos robóticas o el proyecto en pruebas BrainGate, un implante cerebral para devolver la comunicación y el movimiento de personas afectadas por tetraplejia, enfermedades neurológicas o parálisis.
A todo ello sumó las armas, desde los drones (tanto militares como de ocio) al láser infrarrojo de uso militar, diseñado para derribar drones enemigos.