• sábado, 27 de abril de 2024
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SOCIEDAD

La maravillosa ruta entre árboles rojos y plantas exóticas para hacer en otoño en Navarra

Se trata de plantas de Zumaque, importadas por los persas y que fueron muy importantes en la edad media en la industria del cuero.

Zumaques teñidos de rojo en la zona de Tierra Estella. TURISMO DE NAVARRA / GOBIERNO DENAVARRA
Zumaques teñidos de rojo en la zona de Tierra Estella. TURISMO DE NAVARRA / GOBIERNO DENAVARRA

Los días se acortan, las noches comienzan a ser más frescas y los árboles ya saben que les toca mudar la piel. Someterse al crudo invierno que vendrá, lo que comienza con el proceso por el que los de hoja caduca, quedarán desnudos hasta la próxima primavera.

En ese recorrido, algunos amarillean, otros transitan hacia el marrón directamente desde el verde de sus hojas y otros adquieren unos tonos cobrizos muy llamativos. En Navarra llama mucho la atención el otoño de la Selva de Irati cuando sus hayas y abetos adquieren tonos vivos en verdes, amarillos y rojos que suponen todo un regalo para la vista.

Pero hay otras excursiones de otoño menos conocidas en Navarra que ofrecen también auténticos espectáculos visuales y un regalo para cada uno de los sentidos. 

No hay que irse muy lejos: a Tierra Estella, donde el verdadero protagonista es el Zumaque, una planta que llegó a la península ibérica importada por los persas y que ha tenido multitud de aplicaciones no sólo gastronómicas, sino también en el mundo de la cosmética e incluso en el textil y en la industria del cuero, que en Tierra Estella tuvo especial relevancia en torno al Ega.

Esta especie, que en Navarra tiene un régimen de protección medioambiental, cambia el color de la hoja al llegar el otoño tomando un rojo intenso y característico de singular belleza.

Hace un siglo todos los alrededores de Estella estaban cuajados de zumaques. Hoy en día, con la pérdida de su uso, van desapareciendo poco a poco, pero todavía quedan los suficientes como para que podamos deleitarnos en un delicioso paseo otoñal por el campo, a un lado y otro de un camino circular de 10 kilómetros en el que las hojas rojas del zumaque están muy presentes.

Hay que salir desde el Puente de la Cárcel de Estella rumbo a la ermita de San Lorenzo. A los pocos kilómetros una bifurcación nos llevará a tomar el sendero de la izquierda, dejando a la derecha la ladera del Parque de los Desvelados.

La pendiente nos llevará hasta San Lorenzo, y a continuación hasta la vecina ermita de San Millán. desde arriba, a casi 700 metros de altitud hay unas impresionantes vistas de Estella, que queda a la vista entre las hojas rojas.

Es el momento del descenso por la Cruz de Peñaguda hacia la basílica de Nuestra Señora de Puy. Desde allí hay que atravesar el Puente de Santiago, hacia el camino de las Lecherías. La senda vuelve a empinarse hacia arriba cuando ponemos rumbo a la ermita de Santa Bárbara, cerca del fuerte militar carlista.

Desde Santa Barbara toca descender de nuevo hacia Estella para entrar por la Puerta de Castilla, y siguiendo el trazado del Camino de Santiago en la capital del Ega, llegar de nuevo al Puente de la Cárcel.


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