Angelita Alfaro es la cocina. Toda una vida dedicada a preparar los mejores platos de la cocina riojana y navarra. Esta riojana natural de Alfaro afincada en Pamplona desde los 17 años, muy pronto va a cumplir los 81 años el próximo 1 de marzo, sigue enfrascada en recetas y proyectos.
“A los siete años ya estaba haciendo alpargatas artesanales, que fue lo primero que le vi hacer a mi madre. Desde los 11 años escribía y guardaba platos y recetas para mí”. En Alfaro, su localidad natal, era niñera y repartía el pescado los fines de semana "a los señoritos", a la gente "pudiente" del pueblo, y era tejedora de telas.
“Había un cocinero con gorro blanco que me llamó la atención, se llamaba Gumersindo, que hacía una cocina maravillosa. Yo le copiaba y escribía su forma de preparar los platos como la salsa de perdiz, recuerdo”, asegura Angelita sobre sus comienzos.
A los 17 años, la alpargata no daba para más en su pueblo y se tuvo que trasladar a otra ciudad. "En Pamplona tenía a mi abuela y a mi familia paterna". No fue como ella pensaba al principio: "Me querían como doncella, no como cocinera, porque yo era guapa y me metí a servir mesas", afirma a Navarra.com
No obstante, encontró la solución a sus ganas de aprender la cocina: "Yo a escondidas veía a Pilar, cocinera de Peralta, y quedamos en que yo le diera friegas y masajes de alcohol por la noche y ella me enseñaba sus platos que yo me escribía. Le cogí mucho cariño".
"Estuve sirviendo hasta los 21, cuando me casé. A partir de entonces yo estaba feliz con un sueldo en casa y venga crear. Mi vida ha sido un invento continuo", asegura Angelita.
"Una tía mía, Martina, me dijo que con lo bien que redactaba porqué no escribía un libro de cocina y me fui a un cursillo del Inem para secretaria mecanógrafa". Al principio pensó que se había equivocado: "Los chavales jóvenes me miraban a mí con 46 años".
"Hice el examen y salió perfecto. Aprobé. Eran 32.000 pesetas de aquellas. Gocé como una enana. Los chavales se portaron fenomenal. Decía 'si no le dan el título a ella que no se lo den a ninguno", recuerda con cariño.
Angelita quería escribir lo que a ella le gustaba y tenía preparadas 435 recetas. "Llamé a una editorial de San Sebastián para hacer un libro. Les debí dar pena y me dijeron que lo hacían". Se tituló 'La cocina de Angelita'. Salió tan bonito y fue un best-seller que se vendió como las rosquillas", afirma Angelita.
"Más de un marido me ha dicho que con el libro has salvado mi matrimonio. Lo tiene todo 'pichi' y la verdad es que me ha dado muchas satisfacciones".
Luego llegaron los demás libros poco a poco. "El doctor Arazuri me hizo el prólogo del segundo libro. Me tocó ir a París y a Versalles a por un premio por un libro de dieta y salud que me lo tomé muy a pecho y salió precioso". Angelita Alfaro repasa su trayectoria y asegura: "Voy a ir al cielo y le voy ha hacer unas alpargatas a San Pedro".
El 9 de febrero presentó en la librería Elkar de Pamplona su último libro de cocina, el número 25: "Te quiero verde". "Yo quería que se llamara verde que te quiero verde, pero es un verso muy conocido y no podía ser. Trata sobre todas las verduras de la Rioja y de Navarra. Lo presenté en Elkar con el periodista Ricardo Beitia porque allí también presenté el primero y se han portado muy bien".
Su cabeza no para y ya tiene en mente una nueva publicación: "En verano estoy en Alfaro y como no salgo mucho tengo unas 900 recetas guardadas". Afirma que le han llegado a proponer hasta un libro de restos de cocina: "Les dije que se habían equivocado de persona porque estoy en Pamplona en el paraíso del cordero, de las verduras... ¿como voy a hacer de restos?", explica divertida.
"Con el aceite de oliva que tenemos, que lo gasto todos los días, el cuto de Tafalla, el espárrago, la borraja descomunal. La verdura es una medicina para nuestro cuerpo. Señor déjame vivir unos añicos para ver crecer a mis nietos. Con la cocina hago feliz a mucha gente", asegura Angelita.
"Quiero que no me olviden. Como dijo un alcalde de mi pueblo, eres una riojana que has dado frutos en Navarra. Vine a los 17 años y sigo en la Chantrea. Todavía me queda rasmia por aquí. Si me quitan los pucheros me quitan la vida".
Sobre sus queridas y recordadas alpargatas artesanales, que aún se hacen y son muy populares en las pastelerías de Estella, ha indicado: "Les mandé a todos los Papas. Tengo muchas cartas preciosas del Vaticano". No obstante, reconoce: "Me ha pillado el toro y tengo muchas alpargatas en mi casa... Se las mandé a Duque el del cohete, a la princesa Iko de Japón cuando nació...".
Como detalle destacado, además de los premios, hay que recordar que Angelita Alfaro y toda su familia y amigos de Alfaro fue recibida por el Ayuntamiento de Pamplona en San Fermín. Fue un 13 de julio de 2001 con Yolanda Barcina como alcaldesa.
El Ayuntamiento estuvo pensando en cómo se podía agradecer a Angelita Alfaro todo lo que había hecho por la ciudad, y se llegó a la conclusión de que lo más acertado era homenajearla en Sanfermines.
"Nos ha sabido dar algo tan grande corno las alpargatas y el arte de la enseñanza de la cocina", señaló la alcaldesa. Le regaló un ramo de flores rojas y blancas, acompañado de otro ramo en nombre de la familia Arazuri.
