• sábado, 04 de mayo de 2024
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PAMPLONA

Pamplona quiere proteger estos elementos del río Arga para que no puedan ser destruidos

El objetivo de esta actualización es incluir los azudes, pequeñas presas parte de la infraestructura hidráulica existente en el río Arga, y así protegerlos de su destrucción y propiciar su conservación.

Primera ola de calor de 2022 en el río Arga en la zona de la presa Atondoa de Huarte. IÑIGO ALZUGARAY
Río Arga en una de sus presas. IÑIGO ALZUGARAY

El Ayuntamiento de Pamplona propone realizar una modificación pormenorizada del Catálogo del Plan Municipal para incluir los azudes de Caparroso, Ciganda, Santa Engracia y Biurdana. La modificación, que cuenta con el visto bueno de la Dirección General de Cultura - Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra, debe ser aprobada en Pleno.

El objetivo de esta actualización es incluir los azudes, pequeñas presas parte de la infraestructura hidráulica existente en el río Arga, que hasta ahora no figuraban en el Catálogo, y así protegerlos de su destrucción y propiciar su conservación, recuperación y rehabilitación. Aunque en su origen estos azudes estaban vinculados a molinos, en la actualidad esto solo ocurre en los casos de Caparroso y Ciganda. Es por ello que desde el Consistorio se propone su inclusión como “elementos no vinculados a la edificación” en todos los casos, si bien se recomienda primar actuaciones conjuntas en los casos en los que haya relación con un molino.

Los azudes, tal y como recoge el estudio encargado para tal fin, son infraestructuras y elementos ligados a la historia de la ciudad y de su río, que cuentan con un valor histórico-patrimonial. Las actividades para las que fueron construidos han desaparecido en muchos casos. Sin embargo, en la actualidad son otros los usos que se hacen en ellos. Así, por ejemplo, el riego y las actividades lúdicas están directamente relacionadas con el agua embalsada que propician estas pequeñas presas. En esencia, según el estudio, se trata de obras civiles representativas de una época que, sin embargo, no constaban en el Catálogo del Plan Municipal, pese a ese valor histórico.

Esa carencia se quiere resolver ahora, incluyendo en el Catálogo no sólo el listado de estos cuatro azudes, sino también un plano para su localización y las fichas correspondientes a cada uno de ellos. Además, se quiere modificar el artículo 39 de la normativa, añadiendo un apartado referente a la conveniencia de actuaciones conjuntas molinos-azudes. Asimismo, se modificaría la ficha correspondiente al molino de Caparroso, que ya figuraba en el Catálogo, para adaptarlo a la realidad tras las obras realizadas en el mismo.

Testigos de la historia de la ciudad

Al incluir ahora los azudes en el Catálogo del Plan Municipal se permite dar una visión unificada del patrimonio relacionado con el entorno fluvial de la ciudad. Se trata así mismo de una apuesta por proteger el valor patrimonial de estas obras civiles de manera aislada, que son en algunos casos prácticamente los únicos exponentes de ciertas épocas que quedan en la ciudad, como es el caso del azud de Santa Engracia, que data del siglo XIII. En el caso del azud de Caparroso, la presa se remonta al siglo XI.

Esa antigüedad les confiere un valor patrimonial reseñable, pero también es clave su adaptación durante estos siglos a las nuevas necesidades de una ciudad creciente y unas actividades cambiantes. En este sentido, son testigo de la historia de Pamplona a través de las distintas funciones que han tenido y de las numerosas rehabilitaciones y arreglos que se han llevado a cabo para adaptarlas a los cambios.

Su inclusión en el Catálago es considerada, por ello, clave, ya que el propio Catálogo se confeccionó con el objetivo de representar y proteger las obras fundamentales de todas las épocas históricas, desde edificios, a espacios naturales, recintos y elementos urbanos, incluyendo en ocasiones elementos de menor valor arquitectónico o artístico, pero que tienen un carácter histórico, tradicional, funcional o medioambiental, por ejemplo. Ello ha supuesto la aparición de edificios cuyo valor intrínseco es de menor orden, pero que son muestras de un tipo de arquitectura ligado a una época, uso o imagen urbana del que la ciudad posee escasos ejemplos. Es ahí donde se inscriben los azudes que, en la actualidad, además, aportan un valor social, con actividades asociadas al cauce del río, como remo, canoa, riego, pesca o incluso baño.

El Catálogo no solo recoge una relación de elementos que se deben proteger, sino también una descripción detallada de todos ellos y las indicaciones referidas a su protección, a través de una serie de normas ajustadas a diferentes niveles y tipos de protección.


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