• martes, 19 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

Lluvia y códigos QR en la primera noche del pasaporte Covid en Pamplona: "Imposible de falsificar"

Así se vivieron las primeras horas de implantación del certificado en los bares con licencia especial de la calle San Nicolás, Estafeta y la Plaza del Castillo

Primera noche con pasaporte Covid obligatorio para el ocio nocturno en bares y discotecas de Navarra. JAVIER MEDRANO
Primera noche con pasaporte Covid obligatorio para el ocio nocturno en bares y discotecas de Navarra. JAVIER MEDRANO

Llueve y apenas hay gente por las calles del Casco Antiguo de Pamplona. Quienes salieron el jueves se han quedado en casa pasando la resaca y son muchos los que prefieren esperar al sábado para beberse unas copas o ir a una discoteca. No obstante, y a pesar de las inclemencias meteorológicas, hay quienes aguardan para entrar a un bar.

Apenas sobrepasan las doce de la noche cuando un grupo de jóvenes, con la capucha todavía puesta, rebuscan entre sus abrigos para sacar el DNI y, por primera vez en Navarra, el pasaporte Covid. El TSJN ha autorizado su implantación para el ocio nocturno y los locales de ocio nocturno ya exigen desde justo hace unos minutos el certificado a la entrada de los locales.

"La mayoría ya viene aprendido y lo lleva preparado en el móvil antes de que se lo pidas y todo", explica uno de los porteros de la calle Estafeta.

Los jóvenes enseñan su código QR y el trabajador procede a escanear con una aplicación del móvil facilitada desde el Gobierno de Navarra y de la que les han explicado brevemente el funcionamiento. Tras unos segundos de lectura aparecen en el móvil del portero los nombres y apellidos del cliente, fecha de nacimiento y el número de vacunas que ha recibido. "Imposible de falsificar", señala.

De un simple vistazo coteja los datos del pasaporte Covid con los DNI de los diferentes miembros del grupo y deja que acceden todos al interior del local. En total, la operación llevado alrededor de minuto y medio para cinco personas.

"De momento solo ha habido un chico que ni siquiera sabía lo que era eso del pasaporte Covid y no ha podido entrar", expone el mismo portero sobre la experiencia de la primera noche con el certificado obligatorio.

La escena se repite en los diferentes locales de ocio del Casco Antiguo de la capital. En la Plaza del Castillo, el Subsuelo como es costumbre aglutina varias decenas de personas que esperan para entrar. Aquí al menos hay porche y mientras la fila avanza y se escanean pasaportes Covid, quienes aguardan no se mojan.

"Pues menos mal que me he sacado esta mañana el pasaporte, que ya ni me acordaba", comenta uno de los jóvenes.

Con menor afluencia de gente pero también menos suerte, no hay balcón donde resguardarse de la lluvia, varias chicas aguardan a entrar a un bar en la calle San Nicolás.

"DNI y pasaporte Covid todas en la mano", les pide el portero cuando todavía se encuentran a varios metros del local.

Tras unos segundos de búsqueda en el móvil, todas ellas sacan el certificado. Parece que también traen la lección aprendida. Ninguna reprende al portero o muestra sorpresa ante la petición del documento y finalmente, después de sacudirse el agua de los zapatos, pasan dentro.


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