La tienda tejidos San Andrés es una de las clásicas del casco viejo de Pamplona, que ya cuenta los días que le faltan para poner el cierre definitivo a más de 80 años de vida. En sus mejores años tenía una fama bien ganada de ser la tienda que tenía más calidad en sus telas, antes de que se vendieran trajes ya confeccionados.
Tejidos San Andrés sigue abierta al público en la calle Zapatería 43 de la capital navarra. Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local.
Como es el caso, por ejemplo la tienda de ropa Almacenes Numancia en la calle San Antón 1, o la cerería y confitería Donezar que dirige Joaquín Donezar Polo en el número 47 de la calle Zapatería.
La historia de tejidos San Andrés arranca en el mes de octubre de 1941 cuando los hermanos Pedro y Satur Astiz Irazoqui abren la tienda en plena posguerra civil. Actualmente, es el hijo de Pedro, Pedro Astiz Gaztambide, el que dirige la empresa junto a su mujer Ana Erro Urrutia.
Pedro Astiz Gaztambide asegura a Navarra.com: "El motivo de la liquidación es la jubilación a final de junio. Nos jubilamos los dos con 64 años. Daremos por terminada nuestra andadura en este comercio". El gran problema es que no hay relevo: "Nuestros dos hijos se dedican a otros asuntos distintos y hacen su vida. La verdad es que es complicado otro tipo de relevo que no sea el familiar".
"Esto ya dejó de ser un negocio hace mucho tiempo. Da para vivir a un matrimonio como nosotros que estamos en aquí con el local en propiedad y no pagamos alquiler. Da para vivir. Otra cosa es que pagues un alquiler, que es muy complicado", señala el dueño de la tienda.
Pedro empezó a trabajar en la tienda en 1982, hace 42 años, y su mujer Ana en 1997: "Llevamos toda la vida. Haremos 83 años de andadura. El edificio lo construyó Víctor Eusa con aquellos mostradores largos y empezaron a la vez que las Madrileñas", indica Pedro.
"En 2010 hicimos un pequeño cambio, una reforma cambiando mostradores. Se bajaron los techos y empezamos con el tema de hogar. Hubo que dar un pequeño cambio porque las telas iban un poco a menos", afirma Ana Erro.
En un principio trabajaban Pedro y Ana con un hermano de Pedro y una cuñada "pero se prejubilaron por enfermedad y nos quedamos los dos. Nos da muchísima pena. Te queda esa penita de tantos años de cara al público. El trato que nos han dado...", señala Pedro Astiz.
"Quieras que no te deja un vacío dentro. Tienes una relación muy personal, haces amigos, porque a veces entran solo a hablar contigo. Es un trato diferente a un gran comercio. Si hay una tela que les gusta les llamas para que vengan a verla", afirma Ana Erro.
A muchas clientas les da pena el cierre "porque sus madres también fueron clientas e incluso han pasado tres generaciones de su familia por un comercio de toda la vida que va a desaparecer. Algunas guardan el traje de novia de su madre. Es nostálgico. Da mucha pena", explica Ana Erro.
"Mi padre y mi tío eran de Villava y el patrón es San Andrés y de ahí viene el nombre del comercio", asegura Pedro Astiz, que señala el cambio que se ha producido en los últimos años: "Antes la prioridad en las familias era el comer y el vestir, y si te quedaba un duro te ibas de vacaciones".
"Ahora lo primero es el ocio. Ha cambiado la forma de vivir y estos negocios ya no tienen nada que ver con lo que fueron. Estuvimos trabajando ocho personas y una mujer se dedicaba de forma exclusiva a atender la caja. Lo que ha pasado aquí ha pasado en toda España con las tiendas de tejidos como Vitoria o San Sebastián".
Ya tienen previsto el cierre de la tienda: "En principio será a final de junio, la última semana cerraremos. Te queda ese recuerdo o esa pena de que son muchos años. Somos dos generaciones y te queda ese vacío por dentro, pero lo rellenaremos poco a poco con otras cosas como viajar, estudiar algo, hacer alguna actividad y cosas que no hemos podido hacer porque este negocio te sujeta mucho. Con salud seguiremos adelante", concluye Pedro Astiz.
