Miriam Goyache Fernández de Roitegui es una estellesa de 36 años que desde hace seis dirige el negocio de su familia. Es la cuarta generación de la histórica y centenaria guarnicionería Goyache en la ciudad del Ega que fundó Evaristo Goyache Redín.
Es un establecimiento que abrió sus puertas en 1.896 y que actualmente está situado en la calle Calderería 21 de Estella, muy cerca de otros negocios que hemos conocido en esta sección de comercio local como el bar Roncesvalles o la cafetería El Ega.
Curiosamente, Miriam Goyache fue durante cuatro años jugadora de baloncesto profesional con el Campus Promete de Logroño en la máxima categoría del basket nacional. No obstante, una vez terminada su etapa deportiva se ha centrado en el negocio familiar.
Es una tienda donde entra mucha gente a ver sus productos. Es algo así como visitar una casa de hace ochenta años, del siglo pasado. Llama la atención de los peregrinos que realizan el Camino de Santiago, que suelen reabastecerse con algún producto.
Hay una gran variedad de artículos artesanales. Botas de vino, cestos, cestas de castaño, cencerros, artículos de cuero, bolsos, diferente tipo de calzado como alpargatas, calzado de trabajo, trekking, collares para el ganado, bastones, etc...
Miriam es la cuarta generación de los Goyache guarnicioneros, ya que otra parte de la familia Goyache tiene una farmacia muy conocida en Estella. Curiosamente, todos su antecesores se llamaron Evaristo. Su bisabuelo (Evaristo Goyache Redín), su abuelo (Evaristo Goyache Pascual) y su padre. Miriam es hija de Evaristo Goyache Sardina y de Begoña Fernández de Roitegui y tiene una hermana que se llama Elena.
Miriam estudió estética "pero me dediqué al baloncesto profesional hasta los 30 años. Primero en Zizur con 16 años y luego en Logroño desde los 22 años. Las lesiones y los cruzados de rodilla me retiraron y volví a Estella justo cuando se jubilaba mi padre".
"La tienda era de mi bisabuelo y ahora la llevo yo. Mi padre lo dejó y decidí llevarla hace seis años. Es un orgullo seguir con la tradición. Intento seguir la misma esencia de siempre y trayendo alguna cosilla nueva. Lo que mas se vende depende siempre de la época del año", explica Miriam.
Las alpargatas en primavera y verano, cestas para las setas y navajas en otoño, y botas y cestos para las leñas en invierno: "Vendemos muchos bolsos de cuero, que lo trabajamos como los cinturones para perros".
También ofrecen todo tipo de cuerdas: "Cuerdas de cáñamo, cuerdas para los tomates, abarcas y calcetines de lana, alforjas, sombreros, las horcas para el carnaval rural, etc...", asegura la dueña de la tienda.
Los clientes de la tienda van "desde la persona del campo de toda la vida de Tierra Estella, en verano gente de los campings cercanos, los peregrinos y los de la ciudad. Mucha gente entra solo a ver la tienda. A la gente le choca lo que tenemos", comenta Miriam.
El negocio sigue adelante: "Ahí vamos, con meses peores y mejores. Vamos tirando gracias a la gente del pueblo que viene ya hacen que esto sigua adelante. Mi padre se dedicaba más al hombre con calzado".
"Cuando entré hice reforma porque la tienda era muy pequeña y ahora es mucho más amplia. Yo traigo cosas de cuero para mujer y calzado para mujer con más variedad de alpargatas", concluye Miriam.
