La carnicería Díez busca relevo en Pamplona ya que sus dueños están a pocos meses de jubilarse, pero mientras tanto ha encontrado una fórmula novedosa para conseguir más clientes: la 'cesta de la semana'.
Es una tienda que está situada en la calle Irunlarrea 29-31 de la capital navarra. Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local, como Culto Café en el número 6 de la misma calle.
La carnicería Díez está especializada en precocinados de ternera, cordero y pollo, preasados de gorrín, cordero y pollo, y asados bajo encargo de todo tipo de carne. Además de los empanados, elaborados y delicatessen de Foie fresco, Micuit, Confit de pato, Magret de pato.
La famosa 'cesta de la semana' varía cada siete días. La última ofrece para dos personas a 22 euros el siguiente menú semanal: cuatro filetes de ternera, seis filetes de lomo, cuatro hamburguesas, medio pollo asado, seis croquetas y un bote de pimiento del piquillo.
El matrimonio formado por Máximo Díez Rincón y su esposa María Luisa Villanueva, los dos naturales de Marcilla y afincados en Pamplona desde hace 30 años están al frente del negocio.
Máximo, el carnicero jotero como le gusta definirse, asegura que va a cumplir 64 años en noviembre y aún le quedan unos meses por delante antes de la jubilación: "Llevo 30 años en la carnicería. Empecé con 16 años a trabajar en otras carnicerías y llevo toda la vida en esto. No sé hacer otra cosa que cortar carne".
El gran problema es que cuando se jubile no hay nadie que quiera seguir el negocio: "No hay relevo. Mis hijos no han querido, y a no ser que venga alguien... No quiere nadie. Si me dijeras que no funciona, pero es un negocio que está funcionando. Es una pena", afirma el carnicero.
Máximo empezó en esta profesión de la mano de su padre: "Mi padre trabajaba en una fábrica de embutidos y como antes no te preguntaban si te gustaba o no... Yo empecé y metí a mis hermanos en la carnicería, pero me he quedado solo".
Máximo indica con cierta nostalgia: "Claro que te da pena. Si creas algo y continúa después de que termines, es muy grande. Si vendría alguien yo me quedaría con el para enseñarle todo y que le salga clavado. No como a mí que tuve que hacer mil pruebas".
El gran problema de la profesión es que no hay carniceros: "El carnicero que necesita trabajadores no los encuentra. Es un problema. Hay que estar muchas horas. Los sábado se trabaja y la gente joven no quiere trabajar el fin de semana. La gente joven no quiere esto. Les hemos hecho comodones", señala Máximo.
"Aquí hay que arriesgar mucho porque las máquinas valen dinero, como hice yo al principio. Otra característica de la carnicería es que el 90% de los productos que vendemos los hacemos nosotros".
La idea de la cesta de la semana le surgió al darle vueltas a la cabeza para dar comodidad a la gente y vender más. Está pensado para que coman dos personas durante una semana: "Como está todo tan caro es una forma de ayudar a la gente."
La cesta de la semana no le da mucho margen de ganancia "pero viene bien a chavales que están en pisos o para gente mayor. Funciona muy bien. Además no tienes que pensar en lo que tienes que comprar", concluye Máximo Díez con una sonrisa.
