• sábado, 27 de abril de 2024
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Opinión / A mí no me líe

Uxue Barkos vuelve a Madrid de su querer

Por Javier Ancín

Hoy es un día melancólico, primero de otoño, y despedimos a Uxue Barkos, que se nos vuelve al rompeolas de todas las Españas, a seguir sufriendo por nosotros, como ya lo hizo hace años de diputada en la carrera de san Jerónimo. Contigo empezó todo, madriles, y a los madriles regreso.

Uxue Barkos minutos antes de comenzar el primer pleno de la legislatura. PABLO LASAOSA

Qué tendrá Madrid, Madrid de mi querer, que al final todo aberchándal que te abandona, sueña con volverte a ver.

Contra Madrid vivimos mejor, dirá -hay que disimular entre la parroquia de boronos que le votan, no vayan a descubrir el pastel. Contra Madrid, en Madrid directamente, sin salir de ella, se vive como Dios. Que se lo digan a Koldo Martínez, obligado a volver por su partido y desde entonces se le nota bastante depre, mirando el salir y el entrar de los vuelos en Noain con origen y destino Barajas. Yo antes iba en uno de esos, aseguran que decía los que lo han visto las noches de luna llena por las antiguas instalaciones de Expo Navar, mientras una lagrimika plateada descendía por su mejilla.

Hoy es un día melancólico, primero de otoño, y despedimos a Uxue Barkos, que se nos vuelve al rompeolas de todas las Españas, a seguir sufriendo por nosotros, como ya lo hizo hace años de diputada en la carrera de san Jerónimo. Contigo empezó todo, madriles, y a los madriles regreso.

Once años estuvo por el congreso, hasta el 2015, y ocho años después, con la morriña del gato en el que se convierte cualquiera que haya vivido en esa ciudad, no ha podido aguantarlo más y ha pedido que le designen senadora autonómica. Ahí te quedas, Irroña, me vuelvo a mi Txamberí eterno. Cuánto te he echado de menos, barrio mío de Salamanka.

Uxue inició su carrera política en Madrid y en Madrid ha decidido finalizarla, que cuando acabe esta legislatura, ya estará en edad de jubilarse. Algo tendrá Madrid que no tiene cualquier otro lugar. Podría haberse presentado por Alsasua, por decirte algún epicentro aberchándal también de fama mundial, y pasar allí sus últimos cuatro años de concejala, como ese jugador de fútbol que regresa después de una vida en la élite a la esencia de la ideología cerril y minúscula de la que salió.

No me ha llamado Dios, en el que tampoco creo, por el camino de la envidia, pero la vida que lleva Barkos es la que yo hubiera soñado. El fin de semana en Pamplona, viendo a la familia y amigos, lavando las mudas, y durante la semana, avión va y avión viene, en Madrid, la primera capital vasca, por delante de las otras dos: San Sebastián y Bilbao.

Y cobrando, una pasta, que de senadora te levantas una morterada con la que, por fin, poder juntar un pequeño capitalito para pagar las cuotas del Tenis y cambiar el Mini viejo que declaraba como única posesión cuando era lendakara de Nafacroa.

Ah, Madrid. Qué tendrá Madrid que todos los ex presidentes navarros se van a vivir allí: Urralburu, Barcina, Barkos... quedándonos los pobres aquí, en este bebedero de patos insalubre, atrapados entre Txibites y Asirones, entre Coronalzórrices y Bakartxaros varias del partido de la Eta.

Ay, cuanta melancolía me embarga con estas despedidas. Agurikos, Uxue, tanta pakea lleves como deskansua dejas. Haz una perdida cuanto aterrices. Y eso es todo.


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