• domingo, 28 de abril de 2024
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Opinión / A mí no me líe

Txibite regala una consejería a su tío Chivite

Por Javier Ancín

Tomad, mis súbditos. Tú, no, he dicho mis súbditos, los de mi partido. Tú no llegas ni a súbdito, esclavo, tú solo estas en Navarra para pagar impuestos y callar.

Bueno, pues ya ha echado a rodar, pendiente abajo, el segundo mandato de Txibite y ha comenzado con los mismos modos que el anterior, repartiendo sillones como quien tira caramelos desde una cabalgata de reyes magos: Txibite, en lo alto, lanzándolos a los suyos.

-Tomad, mis súbditos. Tú, no, he dicho mis súbditos, los de mi partido. Tú no llegas ni a súbdito, esclavo, tú solo estas en Navarra para pagar impuestos y callar.

Si la anterior legislatura fue la de enchufar a todos los periodistas afines, que en Navarra salvo excepciones muy excepcionales es un valga la redundancia más grande que la estatua de los Fueros, de jefes de gabinete en todas las consejerías -250.000€ por legislatura más pluses-, esta es la de colocar a la familia.

De todos los posibles candidatos que puede haber en Navarra para ocupar una consejería, ya es casualidad que sea tu tío el mejor de ellos, el más capaz. En fin, qué show, la virgen. Sobrina y tío repartiéndose el bacalao, que aquí las llamaremos truchas a la navarra forradas de billetes. Vuelta y vuelta.

Un gobierno el del PSOE tutelado por el partido de una banda terrorista y que coloca a sus familiares en los puestos clave. Maravilloso espectáculo el de Navarra. Visto desde fuera, cuando te preguntan en la playa, lejos, da vergüenza ajena contestar.

-¿Yo de aquel putrefacto bebedero de patos de agua estancada? No sé de qué me habla, yo soy lapón, sí, correcto, de Laponia. Hablo español porque veía médico de familia sin doblar en Tele círculo polar ártico cuando un pequeño esquimal. No he estado en Navarra jamás y ni ganas-. Y me cubro con el libro de turno la cara como antaño lo hacías con el periódico de papel que ya no existe, para evitar el bochorno.

Lo que hace Txibite es corrupción clásica, tan clásica, que incluso entronca directamente con la palabra que lo define, nepos-nepotis, que significa sobrino en latín. La sobrina enchufando al tío en cargazo publico, es decir, nepotismo. NE-PO-TIS-MO.

Pasado el sonrojo inicial, que me ha impedido hasta escribir sobre el tema, me paré a pensar sobre el asunto. Es curioso cómo estos políticos del estilo Txibite, una buscavidas sin más oficio que el de superviviente, siempre tienen a mano a alguien para ponerlo a mamar presupuesto público.

No se ustedes, amados lectores, pero si yo fuera presidente de Nafacroa, Dios no lo quiera jamás, y pudiera enchufar a alguien de mi familia o de mi círculo íntimo, no lo tendría nada fácil.

Cada uno está a sus cosas, a sus carreras profesionales, a sus ocupaciones, a sus trabajos, a sus familias. No creo que aceptara ninguno si se lo propusiera. Todos entre ellos pertenecen además a mundos dispares, no tienen vínculos, no se rozan sus empleos. Corre aire entre sus vidas.

Txibite, en cambio, ya es el segundo tío que se dedica a lo mismo, que uno anterior fue presidente del PSOE, dando una sensación endogámica al asunto político que tira para atrás, a atmósfera rancia, de olor fuerte, a cerrado, a estancado, a completamente viciado el ambiente.

Endogamiak y neopotismoak... y otra ronda de vino. Hola, soy María y este es mi segundo klarete de Nafarroa. Y eso es todo.


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Txibite regala una consejería a su tío Chivite