• sábado, 27 de abril de 2024
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Opinión / A mí no me líe

El responsable de la dictadura de Sánchez es el votante socialista

Por Javier Ancín

"Si esta deriva dictatorial no lo paran sus votantes, felices porque piensan que son los suyos los que van ganando este partido, corren el peligro de que acaben llorando otros cuarenta años porque la violencia, la fuerza, el poder nunca es unidireccional".

María Chivite, Pedro Sánchez y Carlos Cerdán, durante un acto electoral en Pamplona EUROPA PRESS (1)
María Chivite, Pedro Sánchez y Carlos Cerdán, durante un acto electoral en Pamplona EUROPA PRESS (1)

Se han dejado lo importante, se choteaba ayer uno. Ni una mención en el acuerdo del PSOE con los lazis catalanes a la lucha contra cambio climático, a que nos estamos cargando el planeta, a la implementación de políticas de igualdad, a las emisiones de los coches térmicos, al coche eléctrico o los carriles bici. Nada de todo eso que la izquierda/nacionalistas consideran vital, con lo que nos dan la murga a diario, como si no existiera cosa más trascendente, aparece en el papel. Cero.

Se les han pasado todas las fiebres verdes y feministas que normalmente les afectan. Si se dan cuenta, salvo que en el trance el pelo cuto de Santos Cerdán sea ahora Loreta, en este golpe letal al estado español, que es como decir en esta demolición del cacareado estado del bienestar que abanderaba la izquierda hasta no hace mucho, no ha aparecido tampoco ninguna mujer, ni para ponerles a los señoros el café. Nada.

Cuando la cosa se pone seria, el nacionalismo y la izquierda mandan a las mujeres a fregar: quitad, que vosotras no sabéis, ya os hemos dejado jugar con chorradas en la mesa de los hombres demasiado tiempo. Eso a la suyas, a la que tienen enfrente, Isabel Díaz Ayuso, líder de la oposición con unos discursos magníficos, directamente la tratan de ida. Un clásico del machismo estructural de la izquierda barra nacionalismo, lo de considerar a la mujer que les lleva la contraria una zumbada: está loca. Y solventado el tema.

Solo han acordado las cosas secundarias, triviales, ya me entendéis: los dineros, el control absoluto de los impuestos que rompen la solidaridad interterritorial de los ciudadanos, las nuevas fronteras, nuevos muros, las banderas, la presión dictatorial para que vuelvan las empresas que se fueron, el control tiránico de la justicia para que quede supeditada a los caprichos de los políticos. Cómo debe de ser la cosa de grave para que haya salido hasta la asociación de jueces del PSOE a decir que eso es una monstruosidad.

Frente a todos los que le exponen que eso que está haciendo es dictatorial, el PSOE solo sabe balbucear que son acuerdos políticos y que ir contra ellos es lo mismo que ir contra la democracia. Como si la democracia fuera votar y mayorías, cuando es todo lo contrario. La democracia son los límites a los acuerdos políticos de las mayorías. O qué pasa, que si una mayoría política decidiera instaurar la pena de muerte o la legalización de las violaciones y la mutilación genital femenina, lo acatarían y punto, porque lo ha acordado la mayoría.

Los votantes del PSOE han resuelto lanzarnos a todos al vacío y en el vacío estamos ya, en un lugar donde han quedado suspendidos hasta los procesos judiciales porque ahora la justicia, en última instancia, depende de las arbitrariedades de Sánchez. Da igual lo que diga un juez, si Sánchez considera que es bueno para sus intereses que las sentencias digan lo contrario, les firma una amnistía y listo.

Cuando se rompe el pacto constitucional, el estado de derecho es un pacto en el que todos acatan un marco por el que moverse que es lo que nos hace civilizados, aparecen los monstruos, la fuerza, la violencia. Si permitimos que la ley no se cumpla, triunfa lo natural, es decir, lo salvaje, que es que el más fuerte impondrá sus deseos, sin reglas.

Sánchez está dando pasos siempre hacia esa dirección, nunca retrocede, cuanto más poder tiene, más poder quiere, más poder conquista para administrarlo según su dictadura personal. Si esta deriva dictatorial no lo paran sus votantes, felices porque piensan que son los suyos los que van ganando este partido, corren el peligro de que acaben llorando otros cuarenta años porque la violencia, la fuerza, el poder nunca es unidireccional -ejercerlo- sino bidireccional -también padecerlo-. Es decir, que si quieren ir de nuevo a una guerra civil porque están convencidos de que pueden ganarla, quizás la pierdan de nuevo y acabemos todos, pero él mucho más, iluso votante socialista, llorando otros cuarenta años.

Yo quiero seguir viviendo en libertad en una democracia. Lo que habría que preguntar ya de forma seria es qué quiere el votante socialista -el nacionalista ya sabemos de siempre que no tiene más fin que instaurar su tiranía-, porque, hoy por hoy, en una democracia, el votante socialista, no quiere que vivamos. Y eso es todo.


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El responsable de la dictadura de Sánchez es el votante socialista