No pasa nada. Ya nunca pasa nada. Ni cuando batimos récords de lluvia. Redondeando, 150 l/m2, signifique eso lo que signifique, que a mí o me explican las magnitudes en campos de fútbol o no me entero. O me entero en abstracto pero no sé ponerlo en
concreto.
Llovió mucho, pero sin más. Al menos desde mi ventana. Grabé un par de vídeos que ahora miro y no soy capaz de diferenciarlo de otras veces que ha llovido mucho. Grabé un par de vídeos, digo, y me volví a la cama, que es donde mejor se está cuando llueve, a seguir leyendo sobre otras lluvias torrenciales en Navarra, no de agua sino de euros.
Leo que Txibite se va a gastar 4 millones de euros en convencernos a los adultos para que aprendamos euskera. Joder, quién los pillara para convencer a quien sea de lo que sea, pero no mucho, que el negocio siempre es decir que aún hay gente a la que convencer para que el año que viene caigan otros cuatro kilos. Esto es un poco como la oenegés que se dedican a vivir de los pobres, ayudándoles, aseguran. Si no hubiera más pobres, se quedaban sin modo de vida: denme más dinero público que si no hay
pobres ya sabremos cómo crearlos. Todo menos cerrar el chiringuito, que si lo cerramos los que nos quedamos sin comer somos los de la oenegé.
¿En campos de fútbol cuánto serán 4 millones de euros? ¿Y en contratos de nuevos médicos? ¿Cuántos médicos se podrían contratar con 4 millones de euros adicionales cada año para el Servicio navarro de Salud? A 40.000€ por barba unos 100 médicos de familia más. ¿Cuántos pueblos que hoy ya no tienen podrían volver a disfrutar de asistencia sanitaria con 100 médicos extra?
4 millones euros para que aprendan euskera los adultos que no quieren aprender euskera, que los adultos que quieren aprender ya lo han prendido. Adultos, que a sus hijos los mandan ya para aprenderlo a la escuela pública o a la concertada, que en el euskera también hay clases sociales, también hay los de arriba, muy arriba, y los de abajo, muy abajo.
4 millones de euros para que organizaciones siempre opacas hagan negocio, sigan haciendo negocio, que aquí también llueve sobre mojado con este idioma, que nunca termina de recuperarse porque Franco siempre les sigue impidiendo que lo aprenda más gente, aunque lleve muerto medio siglo el tirano y las primeras ikastrolas surgieran precisamente desde el régimen dictatorial.
Y porque si llegáramos al tope, si lo reconocieran que ya no hay más personal que meter en las aulas, esto da para lo que da, este idioma ideológico tiene su censo muy definido, se quedaban con 4 millones menos anuales para sus sueldos. Vivir de lo público haciendo negocios privados, qué maravilla la Navarra de Txibite y el aberchandalato.
Lo que no consiguió en mi generación Bola de dragón, que lo echaban en la vasca en vasco para ver si así nos decidíamos los niños a aprender euskera, viendo dibujos japoneses, no lo va a conseguir la burrada de millones que Txibite en su reinado ha dado ya a este idioma. Pero qué más da, si el dinero público no es de nadie, aunque cada vez nos cueste más pagar impuestos a los sufridos ciudadanos, que ya no tenemos ni para aceite de oliva, ese producto tan opresormente facha. Y eso es todo.
