Cumple las reglas. ¿Por qué? Porque son las reglas. No cuestiones. Obedece. Sigue el camino, no te pares, tienes delante una espalda y detrás otra pecho que te empuja a que no te detengas. Les vas a molestar a ellos que sí que quieren desfilar. Les vas a hacer quedar mal, les vas a obligar con tu comportamiento incívico a que contravengan las normas. Serán castigados por tu culpa. Avanza. ¿Hacia dónde? No preguntes. Continúa. Levanta la ikurriña, maldito desafecto. ¿No te sientes orgulloso de ella? Vas contra el pueblo que se desplaza dócilmente tras la pancarta. Eres peligroso. Recapacita. Por tu bien. Por el de todos.
Ponte la mascarilla. ¿Para qué? Hazlo. No seas insolidario, no te cuesta nada. Es un gesto sencillo. No te opongas a algo tan inocuo. No seas subversivo. ¿Quieres ser un fascista?
En los primeros Sanfermines, siempre abigarrados, siempre sudorosos, siempre saturados, amontonados, siempre abarrotados, que se dejó de usar mascarilla tendría que haber habido una explosión de contagios. No ocurrió nada de todo eso. Piensas demasiado. No te conviene pensar. Pensar solo trae problemas. Ejecuta. Tú no diriges. Alguien lo hace por ti. ¿Alguien? Calla.
Queda prohibido el metálico. Se acabaron las monedas físicas. Adiós anónimos billetes. Paga con tarjeta, que quede toda tu vida impresa en una hoja de Excel: tus horarios, tus hábitos, tus consumos, tus cantidades. Todo. ¿Por qué has comprado está caja de condones si tu mujer tiene una ligadura de trompas? Explícate. Explícanos. ¿A quién? A nosotros. Ya no somos pareja. Si no fueras pareja habríais ido al registro público a notificar vuestro divorcio. Lo sabríamos. No creo en esos papeleos. Eres un antisistema.
En el último mes has comprado más embutido del que tus análisis de sangre indican que puede consumir. Me gusta el salchichón. No nos convienen tus gustos, colapsarías los servicios sanitarios. Ya están saturados. Por gente como tú que iremos retirando del Servicio Navarro de Salud. Eres peligroso para la sociedad, no puedes ir por libre. La libertad distorsiona el orden. El orden mantiene el sistema. Yo no vivo del sistema, yo solo lo mantengo. Permanece en silencio. No pongas las cosas más difíciles.
Dame el móvil, ¿por qué no quieres, qué tienes que ocultarnos? Si no tuvieras nada que ocultar nos lo habrías ofrecido sin que te lo hubiéramos pedido. Esa reticencia, esa oposición te delata. Algo malo has hecho. Confiesa. ¿El qué? Lo que tenías en mente. No tengo nada pensado. Algo piensas. Mientes.
Toma. Una tarjeta para que abras el contenedor de basura y tus datos queden registrados. ¿Y eso? No te importa. Hazlo. No falles. ¿Por qué te opones al bien común, por qué te empeñas en destruir el planeta?
En la bolsa que hemos encontrado fuera del contenedor había, junto a las mondas de las naranjas y los restos de espinas de un pescado demasiado cocinado, no es bueno para tu salud saltarse los protocolos de cocción alimenticia que os proporcionamos, un
envoltorio de cartón con tu nombre. Multa. Ya llevas tres la última semana. No vas bien por ahí.
Farsantes. Acabáis de silenciar que en un vertedero de Artajona se han recibido, al menos durante los dos últimos años, desde las entidades públicas de Guipúzcoa, miles de toneladas de residuos tóxicos, de residuos que nos envenenan sin control alguno. Quedas detenido. Quiero hablar con mi abogado. Tu abogado somos también nosotros. Hijos de fruta. Y eso es todo.
