• domingo, 28 de abril de 2024
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Opinión / A mí no me líe

La basura de los contenedores con tarjeta de Pamplona

Por Javier Ancín

Los que hemos decidido ser disidentes de este sistema, seguiremos dejando la bolsa con los desperdicios en el suelo, pese a los contenedornazis que suele haber vigilando.

El presidente de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, David Campión, informa sobre el despliegue en la Comarca de Pamplona del sistema de apertura electrónica de contenedores para materia orgánica y para la fracción 'resto'. PABLO LASAOSA

Vaya, quién lo iba a pensar. Es que era imposible saberse. Ya no te dejan hacer nada, dirán ellos, ni cuando no teníamos el poder y atentábamos contra la sociedad, realizando seguimientos a la gente, poniendo a un propio en un banco anotando entradas y salidas, que pasábamos hacía arriba para que la organización decidiera día y hora para la ekintza. Ni cuando lo tenemos, el poder, todo, y ya no hace falta colocar a un tío en una cafetería con la libreta mirando por el cristal el garaje la hora en la que sale el coche, sino que es el propio sistema, en este caso un contenedor de basuras, el que hace el trabajo por nosotros mandándonos una hoja Excel con los movimientos de esa persona. Suele abrir el contender entre tal y tal hora y entre tal y tal otra, con una periodicidad de tal.

La cabra tira al monte, supongo, y tener todos estos datos sobre la mesa, sin esfuerzo, es demasiado tentador para quienes han vivido de recopilarlos con más dificultades. Cógelos, almacénalos, contrólalos, luego ya decidiremos qué hacemos con ellos, pero por el momento no sueltes ni uno. La información es poder. Si lo sabrán ellos, que han sido poderosos por la red inmensa de chivatos que han tenido. Cada aberchándal un soplón. En cada calle de cada pueblo. En cada caserío de cada barrio diseminado y remoto una vieja del visillo controlando. En cada empresa un delator contando con los dedos, pasando las sumas. A este nos conviene apretarle las tuercas y que pague. Mándale la carta con nuestro logotipo y si no, al zulo.

Y ahora desde el poder, tienen acceso a todo de todos, se les han hecho los ojos chiribitas. Como el Carpanta hambriento que con pasteles soñaba y le dan la llave del obrador. Se han puesto a salivar como el lobo que abre la cancela y tiene al rebaño a su merced en el establo. Todas las ovejas para mí, no tenéis escapatoria. Por cuál empiezo.

Recopila, recopila, haz acopio de material, después ya veremos. Ávidos, ciegos, con una gula enfermiza yonki se han puesto a controlarnos.

Me recuerdan a lo que hacíamos los inofensivos mortales cuando llegaron a internet los programas de intercambio de canciones y películas, que vivíamos por y para bajarnos discos que no escucharíamos jamás y películas que la mayoría ni nos interesaban. Tarrinas y tarrinas de mp3 con discografías de grupos que ni conocíamos. Da igual, el hecho era poseer lo que antes nos costaba un mundo.

O a lo que ocurre en las terribles dictaduras. Hay una peli muy buena sobre el tema, La vida de los otros, donde nos explican cómo la Stasi grababa horas y horas de conversaciones de ciudadanos, en sus propias casas, que luego archivaba transcritas, para usarlas si era necesario demostrar la desafección de algún miembro de ese domicilio hacia el régimen comunista de la RDA.

La agencia de protección de datos les ha dicho que es ilegal hacer listas con la información del uso que hace cada ciudadano del contenedor de basuras en Irroña. Pero les ha dado igual. Lejos de dimitir por semejante comportamiento delictivo han dicho todo lo contrario, que encontrarán la fórmula para seguir haciéndolo.

Los que hemos decidido ser disidentes de este sistema, seguiremos dejando la bolsa con los desperdicios en el suelo, pese a los contenedornazis que suele haber vigilando. No tengo tarjeta, le dije a uno. Pues bájate una aplicación del móvil para abrirlo, me contestó. ¿Instalar un programa en mi móvil para tirar la basura? Tú estás zumbado. Y ahí lo dejé, con unos ojos de ira que si hubiera tenido una pistola me habría disparado por la espalda. O como buen cobarde, me habría delatado para que otro lo hiciera por él, por su causa.

Si quieren seguir teniendo comportamientos de mierda al menos que tengan que recogerla con sus propias manos. Y eso es todo.


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