La sentencia aclara que el hombre tocó a la menor en el abdomen en presencia de más personas porque la niña se había quejado de dolor de tripa.
Un hombre de 72 años años ha sido absuelto en Pamplona de un supuesto delito de abuso sexual contra la nieta de su pareja que le imputaba la Fiscalía, que pedía hasta 5 años de prisión y 3.000 euros de indemnización.
Los hechos denunciados habrían ocurrido en Zizur Mayor el verano de 2015, cuando la mejor había acudido a pasar unos días en casa de su abuela. Sin embargo, según la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra, no ha quedado acreditado que se hubieran producido los tocamientos que se denunciaban.
La sentencia señala que no existe motivo para dudar de la credibilidad de las palabras de la denunciante, ya que no existía un móvil de "resentimiento, enemistad, venganza por parte de la menor" contra el hombre o su entorno. Tampoco se considera que existiera base suficiente para poder considerar que la menor pudiera estar inducida por su madre para denunciar los supuestos abusos.
Sí que existían, dice el fallo, discrepancias y dificultades entre la madre de la menor y la esposa del acusado, pero el juez entiende que "resulta dificilmente aceptable que la madre de la menor pudiere efectuar semejante utilización de su propia hija", de 15 años, para imputar esos hecho.
En el mismo texto se señala que la menor mantuvo en todo momento su narración de los hechos de un modo "persistente, creíble, sin reticencias o inexactitudes en lo fundamental" de los hechos denunciados.
Sin embargo, la sentencia relata que no se hallan "suficientes corroboraciones periféricas de la declaración de la víctima", ya que no se practicó la "habitual prueba pericial psicológica" relativa a la credibilidad del testimonio de la menor, prueba que permite conocer aspectos de la menor relevantes para otorgarles o no la correspondiente credibilidad.
Tampoco se aportó ningún informe del centro escolar de la menor, donde supuestamente se había apreciado una "afectación" de su comportamiento por los hechos, que le generaron "angustia y alteración".
Tampoco entiende la Sala de la Audiencia que la declaración de la madre, que explicó los hechos trasladados por la niña, constituyeran un "dato o elemento confirmador de suficiente solidez".
"Carecemos, por tanto, de corroboraciones de carácter general del testimonio de la menor, corroboraciones que era posible obtener y pudieron ostentar relevancia a efectos de la credibilidad", mantiene la ponente de la sentencia.
Sobre el hecho de que el hombre hubiera tocado el abdomen de la menor, único hecho reconocido, el acusado subrayó que lo hizo como consecuencia de haberle solicitado su esposa que explorase a la menor, dada su condición de médico, porque la niña había referido que sufría algún tipo de dolor en la tripa, haciéndolo por tanto en el ámbito de esa exploración médica.
Esa misma versión ha sido también ratificada por su esposa, abuela de la supuesta víctima. que señaló como el acusado "efectuaba con normalidad la palpación en el abdomen de la niña". Además, el hijo del acusado ratificó la misma versión sobre la exploración de la menor.
Sobre el hecho de una "mirada libidinosa" también denunciada por la niña, la sentencia aclara que en este caso nos encontramos ante una "mera valoración, sentimiento o apreciación de carácter subjetivo respecto a esa mirada y que su motivación podría no corresponderse con el ánimo del acusado".
Además, resalta la sentencia, que el testimonio del acusado no puede considerarse que haya sido meramente exculpatorio, sino que su versión sobre los hechos no puede rechazarse como posible y justificaría su contacto con la menor, pero no en los términos imputados.
Por todos estos motivos, la sentencia absuelve al acusado de los hechos y declara las costas de oficio.
