Rosa Rodero, viuda del sargento de la Ertzaintza asesinado por ETA Joseba Goikoetxea, ha apoyado hoy la manifestación que se celebrará el 9 de enero en Bilbao.
Rosa Rodero, viuda del sargento de la Ertzaintza asesinado por ETA Joseba Goikoetxea, ha apoyado hoy la manifestación que el 9 de enero celebrará en Bilbao la red ciudadana Sare para pedir el acercamiento a Euskadi de los presos de la organización terrorista.
Rodero ha acudido a una rueda de prensa para hacer un llamamiento a acudir a la movilización del 9 de enero, en la que han estado otras personalidades conocidas de la sociedad vasca, como el músico Kepa Junkera.
La manifestación en favor de los derechos de los presos de ETA, habitual en el País Vasco en estos primeros días de enero, está organizada por la red Sare, cuyos cabezas visibles son el exconsejero del Gobierno vasco por Eusko Alkartasuna Joseba Azkarraga y la periodista Teresa Toda.
Hoy han leído el manifiesto en apoyo a la manifestación el músico Kepa Junkera e Idoia Muruaga, pareja de un preso de ETA muerto en la cárcel.
También han acudido a la rueda de prensa de apoyo, entre otros, el decano del colegio de abogados de Bizkaia, Nazario Oleaga; el exconsejero vasco Tontxu Campos, la expresidenta de EA Begoña Errazti, la hija de Santi Brouard (asesinado por los GAL), Edurne Brouard, y el catedrático Iñaki Lasagabaster.
Han enviado su adhesión, aunque no han acudido hoy, el escritor Kirmen Uribe, el alpinista Juanito Oyarzabal y la jueza Garbiñe Biurrun.
En el texto leído para llamar a acudir a la marcha los asistentes recuerdan que son "personas con ideologías políticas, profesiones o actividades culturales y sociales diferentes. Todos y todas pertenecemos a una sociedad, la vasca, y no deseamos que en nuestro nombre se continúen vulnerando los derechos humanos. De nadie".
"Por ello, decimos alto y claro, que nos rebelamos ante quienes en nuestro nombre, pretenden mantener una política penitenciaria vengativa, que vulnera los derechos de las personas presas y la de sus familiares y allegados".
Cuatro años después del fin de la violencia de ETA, los convocantes han instado a "remover los obstáculos que impiden, que tras veintisiete años de política de alejamiento y dispersión, el Gobierno español haga caso omiso a la voluntad manifestada en multitud de ocasiones por una inmensa mayoría de la sociedad vasca, exigiendo el fin del sufrimiento y la necesidad de cerrar heridas".
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