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SOCIEDAD

"Miedo e incertidumbre" entre comerciantes y hosteleros de Tudela tras el grave brote de coronavirus

Este fin de semana se presenta "duro" para los hosteleros tudelanos, que ya comienzan a ver "menos gente en las terrazas".

Un cámara de televisión toma imágenes de uno de los bares de la localidad de Tudela que ha cerrado después de que algunos de los invitados a la boda, donde 23 personas se contagiaron de coronavirus, lo celebrase en su terraza. EFE/ Jesus Diges
Un cámara de televisión toma imágenes de uno de los bares de la localidad de Tudela que ha cerrado después de que algunos de los invitados a la boda, donde 23 personas se contagiaron de coronavirus, lo celebrase en su terraza. EFE/ Jesus Diges

El rebrote de COVID-19 tras la celebración de una boda en Tudela ha pillado por sorpresa a los hosteleros y comerciantes de la capital ribera, que ahora se enfrentan con "miedo" e "incertidumbre" a las consecuencias que pueda acarrear en sus negocios esta nueva ola de contagios.

Las noticias corren como la pólvora en ciudades pequeñas como Tudela, y también los rumores. Por eso, cuando oyeron hablar de que había un rebrote en la zona, la mayoría pensó que era "un bulo", pero tras consultar con la Policía Local y verlo publicado en los medios de comunicación, supieron que era cierto.

Este hecho, según han informado a Efe desde la Asociación de Comerciantes del Casco Antiguo de Tudela, ha metido "el miedo en el cuerpo" a los vecinos de la ciudad y de los pueblos colindantes, que han preferido "no salir de casa" y, por tanto, no ir a comprar, algo que, después de tres meses de cierre por el confinamiento, puede provocar un "destroce económico" irreversible en la zona.

También la abogada y la gestora de la "Asociación Tudela Ciudad Comercial", Isabel Clemente, admite que "no ha parado de trabajar" durante el confinamiento para salvar la situación de muchos negocios que ya acarreaban consigo "unos años malos" y asegura que algunos no soportarían un nuevo confinamiento.

Una opinión que comparte Ladislao Aranda, que, junto a sus hermanos, regenta dos zapaterías en el centro de la ciudad, y que cifra en más de un 25 % los comercios que "no aguantaría si tuviera que volver a cerrar", aunque se muestra optimista por el hecho de que, si ocurriese, les "pillaría más preparados" para afrontar la situación.

Aranda explica que la pandemia ha hecho "tambalear" su negocio familiar de más de 80 años de antigüedad, llegó "en el peor momento de todos". Por ello, pide a la ciudadanía "que se tome en serio" la situación, ya que, "si fuera a más, sería dramática" para todos los comerciantes que ya están "tocados".

Por el momento, se conoce que los asistentes de la boda frecuentaron diversos bares de la ciudad, pero Aranda asevera que, de conocerse cuáles son, o, si llegasen a cerrar, tendrían "el sambenito colgado para quince días o incluso meses".

Este fin de semana se presenta "duro" para los hosteleros tudelanos, que ya comienzan a ver "menos gente en las terrazas" y afrontan una situación "complicada" y de grandes pérdidas tras la cancelación de la Semana de la Verdura, Semana Santa, y, en los próximos días, las fiestas de Santa Ana.

El encargado del Bar Aragón y vicepresidente de la Asociación de Barmans de Navarra, Francisco Pelarda, apela a la "responsabilidad" del sector hostelero, pero critica la "incongruencia" del hecho de que los empleados deban llevar mascarilla y, sin embargo, el 90 % de los clientes de las terrazas no se la pongan, lo que provoca un aumento en el riesgo de contagio.

Aun así, el cierre es la última opción para un sector que califica de "mortal" las consecuencias de un nuevo e hipotético confinamiento en la zona, que podría acabar hasta con el 40% de los locales de la ciudad y con "muchos puestos de trabajo".

Los que sí han tomado la decisión de "cerrar" son las residencias de ancianos de la localidad, que han prohibido las visitas y las salidas al exterior con el objetivo de "evitar la transmisión del virus" y "romper la cadena de contagios".

Aun así, tanto en la Casa de Misericordia como Nuestra Señora de Gracia aseveran no tener constancia de "ningún caso activo ni de sospechas de posibles contagiados entre empleados ni residentes", y afirman que es una decisión preventiva que se mantendrá "hasta que la situación quede controlada".


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