Músquiz es un pequeño pueblo de Navarra con menos una treintena de habitantes. Pertenece al municipio de Imoz y se encuentra a sólo media hora en coche de Pamplona. Está rodeado de un precioso paraje natural. Desde esta localidad salen varias rutas perfectas para disfrutar en familia o con los amigos. Te proponemos una de ellas para disfrutar de preciosos paisajes, al tiempo que visitas una ermita muy bonita y unas ruinas.
Al final del pueblo, a mano derecha, se coge un camino de piedras ancho. Durante buena parte del recorrido, el paisaje está protagonizado por un precioso hayedo, que permite que esta ruta sea perfecta para los días más calurosos, ya que hay mucha sombra.
Uno de los principales alicientes de esta ruta es que es muy asequible para todos los niveles, por lo que se puede disfrutar en familia, pareja o con la cuadrilla de amigos, independientemente del estado de forma física de cada uno. Además, hay varios puntos del camino con unas vistas espectaculares. Y se ven muchos animales, como vacas, ovejas o caballos.
En cuanto empieza el primer bosque hay que estar muy atento para no perder el desvío. A mano derecha encontrarás una pequeña senda, apenas visible, que se separa del camino ancho por el que se ha comenzado la ruta. Hay que tomarla. Se ensancha unos metros más adelante.
A partir de ahí, hay que seguir el camino, ascendiendo hasta el collado de Masko. Allí se encuentra la ermita de San Bartolomé de Gorostieta. Se trata de un templo de origen medieval que cuenta con un refugio que, antaño, alojaba a los pastores trashumantes que pasaban por la zona. No en vano, por el mismo collado pasa la GR9, una de las cañadas más antiguas de Navarra.
En la actualidad, la ermita esta abierta a los visitantes, se puede visitar el templo y el refugio. De este último se puede, incluso, hacer uso.
Tras visitar la ermita, seguimos por un camino amplio que hay al lado. Poco después, a mano derecha, hay que tomar una nueva desviación. De nuevo una estrecha y muy embarrada senda nos hace ascender rápido hasta la confluencia con otra senda más marcada que va atravesando un precioso hayedo.
Un nuevo collado, junto a un refugio y una pequeña cumbre con antena, proporciona las primeras vistas que impresionan a los excursionistas. Desde ahí, hay que seguir por el prado hasta encontrar la estrecha senda que guía hasta la cumbre de Santa Barbara.
No obstante, las personas que prefieren hacer una ruta más corta pueden dirigirse directamente hasta San Gregorio. Para evitar esta cima, hay que caminar por una senda que la faldea.
Las vistas desde la cima de Santa Bárbara son espectaculares. Por eso, si buscas disfrutar del paisaje de esta zona de Navarra, es recomendable realizar este esfuerzo.
Tanto si se asciende la cima (hay que bajar por el otro lado) como sin no, después hay que introducirse en el hayedo por una senda. Por él seguiremos hasta salir a la campa que antecede a la cima del San Gregorio. Desde esta cima observamos más vistas, también muy bucólicas. En el alto se pueden visitar los restos de un monasterio medieval.
Después, para volver a Músquiz, hay que desandar el recorrido realizado para llegar a la cima de San Gregorio. Sin embargo, se puede optar por enlazar con otras rutas que llevan a visitar otras localidades vecinas.
Músquiz es un pueblo muy pequeño de Navarra. Uno de sus principales encantos reside en sus calles. Paseando por ellas, los visitantes encuentran casas muy cuidadas y encantadoras.
Delante de una de ellas, la casa Itsasonea, se encuentra el lavadero de Músquiz. Ha sido reformado y tiene gran encanto. Mantiene viva la memoria de los vecinos que vivieron en esta localidad años atrás.
En el pueblo de Músquiz no hay restaurantes ni bares. Tan sólo. una sociedad para los vecinos de este pueblo de Navarra. Pero no desesperes. Si después de la excursión quieres reponer fuerzas por la zona, hay un par de restaurantes en localidades vecinas que te van a interesar. Y se encuentran a sólo diez minutos en coche de Músquiz.
El primero de ellos es la Posada de Echalecu, un lugar perfecto para disfrutar en familia de la comida casera. Este restaurante cuenta con diferentes menús (Día, Fin de Semana, infantil, etc.). Hay dos opciones de Menú del Día, por 11 y por 14,50 euros.
El de Fin de Semana consta de cinco platos al centro para compartir y, después, se elige el segundo y el postre. El precio varía en función del segundo que se elija. Oscila entre los 28 y los 40 euros por persona. Para los niños se puede pedir medio menú infantil, por 11 euros, o el menú entero por 14 euros.
Abre todos los días, a excepción de los lunes. De martes a jueves, el horario es de 10 horas a 17 horas. Los viernes, sábados y domingos es el mismo, sólo que la hora de cierre se retrasa hasta las 21 horas. Uno de los puntos más interesantes de este restaurante es que cuenta con una zona de juegos infantiles, perfecta si vas a comer con niños.
La Posada de Beunza también es muy recomendable si quieres comer por la zona. Ofrece tapas, almuerzos, meriendas, comidas y cenas, así como picoteo y vermús. Eso sí, este restaurante sólo abre los fines de semana. Los viernes en horario de 18 horas a 1, los sábados de 11 horas a 1 y los domingos de 11 a 18 horas.
