• martes, 19 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

Gritos de angustia y rabia de padres con niños en Pamplona ante la violencia desatada de los abertzales

Varias personas tuvieron que proteger a sus hijos pequeños de los altercados provocados por los radicales de la izquierda abertzale en la plaza del Castillo.

Cuando la violencia no se corta de raíz y se permite que diariamente grupos de jóvenes radicales tomen las calles de una ciudad para mostrar su apoyo a un asesino, ensucien multitud de paredes con pintadas en favor de un terrorista, amedrenten y amenacen a personas que llevan la bandera del propio país e impongan su sectarismo sin obedecer las normas que rigen la conviviencia democrática en la sociedad, el resultado suele acabar dañando a los más débiles e inocentes.

Así se pudo comprobar la tarde-noche de este sábado, cuando 750 exaltados se concentraron en la plaza del Castillo de Pamplona para homenajear y animar a un terrorista que asesinó en la capital navarra al concejal de UPN Tomás Caballero. Con numerosas pancartas en su nombre y pronunciando eslóganes que lo glorifican, se dividieron en dos columnas para dar vueltas por la plaza honrando a su emblema, uno de los etarras del sector más violento de ETA.

Con ese referente en el que mirarse, la violencia no tardó en llegar, y un grupo de estos abertzales se enzarzó en una discusión que acabó en pelea con los clientes de una de las terrazas de los bares de la plaza del Castillo.

En la pelea hubo lanzamientos de sillas y mobiliario del local, hasta que agentes de la Policía Foral acudieron al lugar para que terminaran los golpes y para alejar a los radicales de la zona. Posteriormente, efectivos de los antidisturbios de la Policía Nacional cargaron en varias ocasiones para tratar de que los abertzales (que habían acudido llamados por las redes sociales a una concentración que no había sido ni comunicada ni autorizada) se dispersaran.

En esos momentos de avalancha de jóvenes corriendo por la plaza, varias personas que se encontraban con sus hijos pequeños tuvieron que protegerlos para que no resultaran empujados y cayeran al suelo durante los graves altercados de los radicales con la policía.

Como puede verse en el vídeo, los padres intentan asustados sacar a sus pequeños del marco de violencia en el que los exaltados habían convertido la plaza del Castillo, el centro de la capital navarra que este lunes pasa a la fase 2 de la desescalada del coronavirus pese al incumplimiento de la normativa de parte de la población, como estos cientos de jóvenes que llevan reuniéndose diariamente para tratar de imponer por la fuerza su modo de pensar y actuar, siempre de la mano de la intimidación y la violencia.

Los progenitores, con gritos de temor por la seguridad de sus hijos y de rabia después frente a la situación en la que se han visto envueltos por la acción de los abertzales, sacan corriendo a los pequeños del centro de la plaza pamplonesa.


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