La Comunidad foral posee una tasa de 12,11 por cada 1.000 habitantes, casi doblando la media estatal, que si sitúa en un 6,13.
Navarra, con una tasa de 12,11 por cada mil habitantes, es la comunidad autónoma con el mayor porcentaje de testamentos vitales en proporción a su población y casi dobla la media estatal, que se sitúa en un 6,13.
A la Comunidad foral le siguen el País Vasco, con un ratio de 11,51, y Cataluña, con un 11,20, según el Registro Nacional de Instrucciones Previas, con datos de abril de este mismo año.
Se trata de una cifra que, según ha explicado Soco Lizarraga, médica de Atención Primaria y socia de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) de Navarra, se debe a la labor divulgativa de esta entidad, a la posibilidad de poder realizar el testamento vital en los centros de salud y a la formación que impulsa este colectivo en Atención Primaria.
La asociación celebra este miércoles una meda redonda en el palacio del Condestable para, bajo el título Ley de eutanasia y suicidio asistido, reunir a representantes de los partidos políticos y conversar sobre el tema.
Derecho a Morir Dignamente de Navarra cuenta con 250 miembros, lleva alrededor de diez años de funcionamiento y algunas de las labores que realiza son charlas sobre los derechos de los pacientes al final de la vida, sesiones de cinefórum, jornadas universitarias y asesoría individual.
Lizarraga ha indicado que, entre las demandas que se solicitan, está la necesidad de “hablar de la muerte y quitar el tabú” sobre esta cuestión, ya que “una persona que tiene una enfermedad y le queda poco tiempo de vida necesita hablarlo y sacar sus miedos”.
MIEDO AL PROCESO
“A veces, la gente, más que el miedo a morir, tiene el miedo al proceso, a cómo será, porque ha podido presenciar malas muertes de familiares”, ha afirmado la miembro de esta asociación.
En Navarra ya está en marcha el Observatorio de la Muerte Digna, creado a petición de esta organización, que pretende realizar un mapa de la situación de la mortalidad en la Comunidad foral, observar cómo se están muriendo las personas y detectar las áreas de mejora.
Lizarraga ha aclarado, sobre este observatorio, que “no es para legalizar la eutanasia”, sino para conocer “qué se puede mejorar para morir mejor en Navarra, y morir mejor quiere decir de acuerdo a las creencias y valores de la persona”.
Tras dos reuniones, la última de ellas hace escasos días, Lizarraga ha apuntado que desde DMD se solicita que se mejoren las condiciones para que más gente pueda morir en casa si ese es su deseo.
DESCONOCIMIENTO
Otra cuestión, ha matizado, es que hay mucho personal médico que desconoce la existencia del testamento vital y que, si una persona está ingresada, se debe mirar si tiene ese documento.
Asimismo, Lizarraga ha señalado que, pese a que el Parlamento de Navarra aprobó en el 2011 por unanimidad la ley de muerte digna, “todavía hay cosas que no se están cumpliendo”.
Así, ha comentado que falta realizar una divulgación, para la ciudadanía y el personal sanitario, para informar “sobre los derechos de las personas al final de la vida y que se respete lo que quiere la persona”, y ha censurado que Navarra siga sin tener servicio de paliativos en los hospitales públicos.
Sobre el caso de Ángel Hernández, que suministró una sustancia para ayudar a morir a su mujer, que padecía una enfermedad terminal, por lo que fue detenido y tras prestar declaración, quedó en libertad, ha considerado que ha servido “como un revulsivo, un movimiento de conciencias”.
