Batacazo el que le acaba de atizar la Cámara de Comptos al Ayuntamiento de Tafalla, que desde 2015 está gobernado por Bildu. En concreto lo hace a través del informe sobre el consistorio elaborado por el órgano fiscalizador y en el que se analizan tres cuestiones de legalidad: gestión de personal, contratación pública y subvenciones.
El estudio toma como referencia datos del ejercicio de 2022 y asegura que el Ayuntamiento gastó casi un millón de euros a dedo, o lo que es lo mismo, en "prestaciones sin licitación, a pesar de que su importe lo exigía", así como el "gasto en prestaciones cuyos contratos están vencidos".
Esto quiere decir que el acalde abertzale no llevó a cabo el procedimiento administrativo necesario para la adquisición de suministros, realización de servicios o ejecución de obras, o lo que es lo mismo, se entiende que el equipo de Gobierno de Bildu adjudicó prestaciones sin garantías a quién creyó más adecuado, sembrando de dudas las diferentes operaciones.
La Cámara de Comptos ha constatado que 987.597 euros "se han tramitado como contratos de menor cuantía, si bien su importe excede los límites legales para adjudicarlos sin licitación". Sin duda, un gravísimo tirón de orejas para la gestión abertzale.
Destaca el gasto en suministro de electricidad a cuatro contratistas con 648.000 euros y el de gas, con casi 120.000 euros.
En cuanto a las prestaciones con contrato vencido, hay un gasto acumulado de 2,4 millones, que en 2022 sumó 340.000 euros. Esta cifra corresponde, principalmente, a la limpieza de diversos edificios municipales y del colegio público (242.000 euros en 2022). Ambos contratos vencieron en 2012 y desde entonces no se han licitado.
El informe finaliza con una demoledora recomendación: "Licitar todos los contratos mediante el procedimiento de adjudicación adecuado y planificar los procedimientos de contratación administrativa para no superar el plazo de los contratos".
