El Ayuntamiento indica que ha encontrado nueva documentación en el archivo que "modifica de manera sustancial los argumentos laborales existentes".
El Ayuntamiento de Ansoáin, gobernado por EH Bildu, "revisará" de oficio el reingreso en la plantilla municipal de una trabajadora del consistorio ausente durante casi tres décadas y condenada en su día por pertenencia a ETA, y propondrá declarar nulo el acuerdo tras hallar documentación que cuestiona la decisión.
Así lo ha anunciado en una nota el Ayuntamiento, donde el pasado 31 de octubre, la Junta de Gobierno (formada por EH Bildu, I-E/Ansoáin Puede y Geroa Bai) aprobó el reingreso de Mercedes Chivite, antigua trabajadora del extinto Concejo de Ansoáin que solicitó su reincorporación a la plantilla tras 28 años de ausencia y ser condenada por pertenencia a ETA.
"La decisión fue tomada en base a criterios estrictamente laborales avalados por un informe interno de la secretaria del Ayuntamiento y otro de una asesoría jurídica externa, teniendo en cuenta la información relativa al caso recopilada en el archivo municipal por personal administrativo", incide el consistorio.
Sin embargo, tras reiteradas denuncias de los grupos PSN y UPN en estos meses contra la decisión, el consistorio ha anunciado este lunes que, "a la luz de nueva documentación encontrada el jueves 6 de junio en el archivo municipal, que modifica de manera sustancial los argumentos laborales existentes hasta ese momento", se revisará "de oficio" la decisión adoptada en su día.
Para ello, ha anunciado que se ha convocado una Junta de Gobierno extraordinaria para este miércoles, en la que se aprobará iniciar los trámites oportunos para declarar "nulo de pleno derecho" el acuerdo tomado el 31 de octubre.
De la misma manera, el ayuntamiento ha convocado una comisión extraordinaria de personal para el mismo día, en la que se va a compartir con los grupos políticos representados toda la información disponible relativa al caso.
RECIBIDA CON HONORES
Como se recuerda, la etarra Chivite fue recibida con honores en Ansoáin en marzo del 2017, después de salir de la cárcel, donde cumplió condena por su pertenencia a la banda terrorista.
Cuando llegó a la localidad, en ella la esperaban una treintena de personas enarbolando ikurriñas y carteles en los que se pedía la libertad de los presos de ETA. Chivite se encontraba en España desde hacía unos meses, cuando fue extraditada por Francia, donde cumplió una condena de 12 años desde su detención en el 2004 junto a su pareja Mobutu, con quien se casó posteriormente en prisión.
Los dos habían sido arrestados en una casa rural del oeste de Francia, y tras su detención, revindicaron su pertenencia a ETA y se mostraron "muy orgullosos" de haber formado para del grupo de asesinos.
Los dos se dedicaban a utilizar decenas de miles de euros en divisas para comprar armas y otros materiales, a sabiendas de que la organización terrorista los obtenía esencialmente extorsionando a empresarios de Navarra.
El fiscal del juicio destacó que Mobutu y Chivite eran "culpables y peligrosos", porque durante el juicio habían demostrado un "fanatismo ciego", dado que no tenían "remordimientos" por los delitos imputados y se consideraban "integrados", con lo que no había para ellos perspectivas de reinserción.
