Se reclama que se realicen modificaciones en los coches patrullas para que "no supongan un riesgo para la salud y seguridad".
La renovación de los coches patrulla en la Policía Municipal de Bilbao no ha sido para el agrado de todos ni mucho menos pese a que se haya llevado a cabo con la implantación de vehículos de la prestigiosa compañía Mercedes.
Y es que estos nuevos coches son un problema para los agentes ya que, como ha mostrado una inspección de trabajo a la que ha tenido acceso y de la que ha informado el periódico El Correo, muchos de los policías "no entran".
Según la información publicada, la Inspección vasca de Trabajo ha requerido al Ayuntamiento de Bilbao que "en tres meses adopte las modificaciones técnicas u organizativas necesarias" para que los nuevos coches patrulla "no supongan un riesgo para la salud y seguridad" de los agentes.
En este sentido, se especifica como algunos policías, especialmente los que superan el 1,80 (al menos un 7% de la plantilla, unos 60, mide más de 1,85) se quejan de no entrar y estar "agarrotados" en los nuevos coches patrulla, dotados con mampara para trasladar a los detenidos.
El Correo también ha informado que, por este motivo, los policías han decidido continuar patrullando a diario en los coches viejos que se mantienen.
Sin embargo, esta problemática no es nueva ya que, los representantes de los trabajadores alertaron en mayo en una reunión con los directores de la Policía Municipal, de Recursos Humanos y el subdirector de Prevención de Riesgos Laborales, de la "falta de espacio e incomodidad postural en el habitáculo destinado al conductor y al copiloto".
Del mismo modo, la inspección hable sobre la necesidad de realizar un estudio ergonómico sobre las posibles medidas correctoras. Sin embargo, según la información de El Correo expertos han advertido de la imposibilidad de retrasar el panel que separa a los detenidos.
