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COMERCIO LOCAL

La odisea de una tienda de muebles en Tafalla: vuelve a abrir 600 días después de la riada

Los daños ocasionados en el local, unido al confinamiento y a diversos problemas administrativos, han impedido que Muebles Sola abriese a lo largo de estos 20 meses.

'Muebles Sola' reabre en Tafalla tras casi dos años cerrada por la riada de 2019. CEDIDA
'Muebles Sola' reabre en Tafalla tras casi dos años cerrada por la riada de 2019. CEDIDA

El 9 de julio de 2019 Tafalla amaneció con decenas de daños materiales tras la espectacular riada y las lluvias torrenciales que desbordaron el río Cidacos.

El río pasó en cuestión de horas de tener una altura de 0,11 metros a superar los 4 metros de altura, después de que se registraran lluvias torrenciales que superaron en Tafalla los 100 litros por metro cuadrado y que cuatriplicaron las previsiones meteorológicas.

Los daños materiales causados por el agua tuvieron un alcance impresionante llegando a afectar a coches, garajes, bajeras, sótanos, locales comerciales, industrias, zonas deportivas y a la propia carretera N-121.

Uno de estos locales afectados fue Muebles Sola, un negocio familiar situado en el paseo Ereta, 7, en Tafalla. “El agua nos pilló dentro de la tienda. Salimos a la calle y me llegaba al pecho. Me pone la piel de gallina pensar en cómo se tragaba los coches, los contenedores… Tuvimos que salir porque el local era una ratonera, no había otra salida y no teníamos otra opción”, recuerda Eva Sola Jiménez, propietaria de la tienda.

Junto con su hermano José Javier, Eva es la tercera generación de un negocio que lleva más de 70 años acompañando a los habitantes de Tafalla. Fue su abuelo Daniel Sola Pla quien abrió Muebles Sola, tras haber tenido que huir de Cataluña durante la guerra civil y emigrar a Francia para acabar viviendo en Tafalla junto a su mujer y sus tres hijos.

Tras haberse visto obligados a tener el establecimiento cerrado durante casi dos años a consecuencia de los daños causados por las riadas del 2019, Muebles Sola volvió a abrir el pasado 22 de febrero.

8 METROS Y MEDIO DE ALTURA

El local cuenta con cinco plantas, una superior, otra a pie de calle y otras tres subterráneas, por lo que el agua afectó a prácticamente la totalidad de la tienda. “El agua no rompió los cristales, de hecho aún siguen estando los mismos que había entonces, sino que rompió el tabique del local de al lado y entró por ahí. Entraba el agua por los garajes a ese local que estaba en medio y luego de ahí pasaba al nuestro. El agua alcanzó 8 metros y medio de altura. La única planta que no se llenó fue la de arriba del todo porque un sofá empujó una puerta que se abre hacia afuera y dejó que el agua volviese a salir por su cauce”, relata la dueña.

Todo el mobiliario con el que contaban por aquel entonces tuvieron que desecharlo porque, al tardar los bomberos en llegar por la situación de emergencia que estaba viviendo la localidad, “los muebles cogieron olor a humedad y la mayoría de ellos se pudrieron”.

Fachada del local de Muebles Sola de Tafalla tras el paso de la riada y casi dos años después de conseguir volver a abrir el negocio. CEDIDA

“Los bomberos hicieron un trabajo impresionante, doblaban turnos, se iban a casa, se cambiaban, venían con ropa de paisano y seguían trabajando. Tenían siete moto bombas para sacar agua solo de mi tienda y pasaron aquí noches enteras controlando”, cuenta.

SOLIDARIDAD

Por lo general, ante tales catástrofes, la solidaridad de los ciudadanos se abre paso para ayudar y colaborar con los que más lo necesitan. “Quiero agradecérselo muchísimo a la gente de Tafalla que colaboró, venían 60 personas a ayudar, hacían una cadena humana desde abajo hasta los contenedores e iban sacando todos los ladrillos y los muebles”.

“Sin duda, lo mejor fue cómo se volcó todo el pueblo con todos. No me lo esperaba, porque además, no es lo mismo sacar ropa o medicamentos que sacar muebles. Una almohada de unos 75 centímetros la teníamos que subir entre cuatro personas y un colchón no podían entre cinco. Aquellos días sentí mucha pena porque, por poner un ejemplo, acababa de recibir hacía 15 días dos sofás y tuvieron que cortarlos con una radial”, dice Eva Sola.

Sin embargo, a pesar de la bondad de muchos ciudadanos, la cara oscura de las personas también se deja ver, a veces más de la cuenta, en estas situaciones. “Hubo muchísimos hurtos. La gente robaba en tiendas de ropa, los cristales de la agencia de viajes estaban rotos… Mi cristal estaba entero por la noche y a la mañana siguiente tenía una raya. Creo que le dieron una patada para intentar llevarse algún mueble. Al día siguiente de la riada sacamos una mesa y unas sillas del local para poder comernos un bocadillo fuera de la tienda y las limpiamos un poco, pero eran para tirar. Cuando acabamos, entramos adentro para sacar algunas cosas y cuando salimos se habían llevado todo”, recuerda.

ZONA CATASTRÓFICA

En su día, ante la magnitud del problema, Tafalla fue declarada zona catastrófica. Por ello, era el propio Ayuntamiento quien tenía que encargarse de llevar a cabo todo el proceso de reparación de daños.

“En nuestro caso, teníamos todo cubierto con nuestro seguro. Teníamos hasta el lucro cesante que es que por cada día que la tienda estaba cerrada por un siniestro total, que es lo que fue, nos pagaban un tanto por ciento por lo que podíamos estar perdiendo al día”, explica Sola.

Los propietarios de esta mítica tienda de muebles han sido de los últimos en recibir todas las compensaciones que les correspondían. “Me terminaron de pagar el mes pasado, en febrero, casi dos años después. El perito solo estuvo aquí tres días y yo me quejaba al Consorcio, les decía que es mi vida y la vida de mis empleados. Tenemos otra nave y tuvimos que trasladarnos allí, pero no era lo mismo. Al final acabé contratando por mi cuenta a otro perito para que luchara contra el del Ayuntamiento”, denuncia. 

“El confinamiento ha provocado un boom inmobiliario. Ahora la gente busca un buen colchón y un buen sofá, por ejemplo, intentan buscar lo más cómodo. Al final hemos tenido que pasar tanto tiempo en casa, que hemos aprendido a dar valor a estas cosas”, concluye la propietaria de la tienda.


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