Rosanita Guayta siempre ha tenido las manos en la masa. Y ahora con más razón. El pasado 1 de octubre abrió las puertas de su obrador, el Palacio del Pan, en Tudela. Un negocio que para ella es un sueño hecho realidad. Un lugar donde el olor a dulces caseros y al pan recién hecho embriaga a los clientes. Cabe recordar que recientemente ha abierto en la misma localidad otra cafetería que ofrece a los clientes unos dulces húngaros.
Guayta es procedente de Ecuador. Allí llegó a regentar una panadería con su marido. Y asegura que siempre le ha gustado la repostería. Lleva ya 18 años residiendo en Navarra y, desde que llegó a la Comunidad foral, siempre ha soñado con volver a abrir su propio negocio.
No obstante, reconoce que las cosas no han sido fáciles. En Cintruénigo, el pueblo en el que reside con su familia, ya intentó poner en marcha su obrador hace unos años. "Llegué a acondicionar un local, pero por problemas con las licencias no lo pude llegar a abrir", lamenta.
Ha encontrado una nueva oportunidad en el número 14 de la calle Pablo Sarasate de Tudela. Allí está el establecimiento en el que ha abierto el Palacio del Pan. Hace apenas dos meses que recibió a los primeros clientes, pero asegura que la acogida ha sido muy buena: "La gente prueba y le gusta", subraya.
De hecho, agradece el cariño con el que le han recibido los vecinos de la zona. "Me han dicho que están muy contentos y que les encanta el olor de la bollería recién hecha", comenta muy contenta.
Cruasanes, bollos o galletas. Dulce y salado. En el Palacio del Pan se puede encontrar todo tipo de bollería tradicional. No obstante, Guayta ha querido darle un toque muy suyo a este negocio. Por eso, no faltan los sabores latinos.
Tanto que algunos de los productos más demandados por los clientes son, precisamente, de procedencia ecuatoriana. "Lo que más vendo son las empanadas de queso y las hallullas (una especie de pan blanco y redondo", especifica.
Guayta va variando los productos de su obrador cada día: "No hago siempre lo mismo", puntualiza. Pero sí que mantiene las empanadas de queso y las hallullas porque los clientes siempre quieren comprar esos productos.
En cuanto a la clientela, esta emprendedora está contenta porque ha conseguido atraer al Palacio del Pan a personas de todas las nacionalidades: "Vienen muchos latinos, pero también gente de aquí", agradece. Se muestra especialmente contenta porque "ya viene gente desde Pamplona o Zaragoza".
Y destaca que, además de ir al obrador a comprar los productos, los clientes también pueden degustarlos en el propio establecimiento, ya que tiene un espacio de cafetería en el que sirve cafés, batidos o infusiones para acompañar a la bollería.
Guayta está muy contenta con las primeras semanas de rodaje del obrador. Y ya pone la vista en el futuro. Así las cosas, espera que muy pronto su marido se pueda sumar a esta aventura laboral. "Ahora mismo sigue trabajando por cuenta ajena, pero la idea es que deje el trabajo y venga a ayudarme con el obrador", explica.
No obstante, tiene un sueño aún más grande por cumplir: expandir El Palacio del Pan. "Me gustaría llevarlo a otros pueblos de Navarra", comenta. Cintruénigo, Peralta...Ya baraja varias opciones. "Ojalá podamos llevarlo pronto", sueña en voz alta.
