• domingo, 28 de abril de 2024
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Opinión / Tribuna

No hay un PSOE bueno, sino un gobierno débil

Por Javier García

Se han cumplido dos meses desde la investidura de María Chivite y si hubiera que calificar a su gobierno usando un único adjetivo, nuestra elección sería “débil”. Y les diré por qué.

La Presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, junto a su nuevo equipo de consejeros en el inicio de legislatura del Gobierno Foral EFE/Iñaki Porto

El mes pasado presentábamos desde el Partido Popular una declaración institucional en el Parlamento que no salió adelante porque el Partido Socialista la votó en contra. Ya sabíamos que esa iba a ser la tónica habitual de los socios del gobierno durante la legislatura, pero que fuese precisamente el PSN quien se mostrara incapaz de aprobar algo tan básico y elemental como que el Parlamento de Navarra reconociera que España es una nación de ciudadanos libres e iguales y que rechazaba cualquier proyecto que tratase de romper esa igualdad, nos pareció demencial.

¿Cómo es posible que un partido político que se jacta de ser democrático, de haber impulsado la Constitución y de estar amparado por el orden constitucional, no sea luego capaz de firmar unos puntos que se encuentran recogidos en la propia Constitución que dice defender?

Nuestra Carta Magna en su artículo dos expone que «La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles». Y, sin embargo, la realidad es que luego el PSOE vota que no a una declaración que pedía un pacto nacional por la igualdad de esos mismos españoles. Inexplicable.

Hoy, en España en general y en Navarra en particular, la igualdad está más amenazada que nunca. Desde el Partido Popular queremos ser útiles a los navarros y por eso dijimos que haríamos una oposición constructiva, pero eso no significa ser blandos en el control al gobierno (que es lo que pretendían algunos al tratar de limitar las temáticas sobre las que podemos preguntar a la presidenta), sino todo lo contrario.

Por un lado, pondremos pie en pared ante las políticas sectarias e ideológicas de este gobierno que se dice progresista pero que necesitará siempre del apoyo de abertzales, nacionalistas y todos aquellos partidos que quieren romper Navarra e incorporarnos a la Comunidad Autónoma Vasca. Y, por otro lado, traeremos a debate todas aquellas propuestas que nos acerquen a la Navarra en la que nos gustaría vivir y que querríamos poder construir.

Por eso nos parecen pertinentes cuestiones como qué opinión le merece a la señora Chivite y al PSN las cesiones que pide el independentismo catalán para apoyar la investidura de su jefe, el secretario general del Partido Socialista.

Desde el Partido Popular estamos cansados de que parezca que hay dos PSOEs, uno bueno que protesta o tuerce el gesto cuando Pedro Sánchez se sienta con los independentistas a pactar la amnistía, y otro malo que aplaude todo lo que hace y dice el susodicho. Porque a la hora de la verdad, en el Congreso de los Diputados todos los socialistas votan lo mismo, no hay votos particulares y la disidencia o las interpretaciones se dejan de lado.

Por tanto, queremos que el Partido Socialista de Navarra vaya de frente y diga claramente si las cesiones a Puigdemont y a los independentistas le parecen necesarias y si sirven para justificar el mantenimiento de su jefe en Moncloa. Si es así, al menos que sean sinceros y nos lo reconozcan.

A nosotros nos gustaría que Navarra volviese a estar orgullosa de su identidad y que también estuviese abierta a España y al mundo. No queremos que los herederos políticos de los partidos que tanto miedo y odio han sembrado aquí decidan nuestro futuro. Vamos a seguir trabajando por defender que sean las familias las que elijan en libertad el modelo y el centro educativo de sus hijos. Y también por encaminarnos hacia una Navarra donde todo el mundo tenga acceso a una sanidad excelente cuando lo necesite y en la que se cree empleo de calidad y no se machaque a impuestos a los ciudadanos.

Evidentemente, muchas de estas cosas son incompatibles con las políticas que nos imponen la señora Chivite y sus socios actuales. Pero precisamente por ello pensamos que el PP tiene que actuar como dique de contención, para tratar de traer moderación, consenso y sentido común, porque viendo los pactos que se han hecho aquí y los que quieren hacerse en las Cortes Generales, los vamos a necesitar.

Durante estos cuatro años, en el PP vamos a trabajar por encaminarnos a la Navarra líder, valiente y emprendedora que queremos y no la Navarra acomplejada y con miedos que quiere este gobierno débil que deja de lado a los más de 130.000 navarros que en julio eligieron maneras distintas de hacer política.


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No hay un PSOE bueno, sino un gobierno débil