Les bastó con un solo libro

Escribí mi primer libro cuando apenas tenía veintisiete años. No fue ni autoedición ni previo pago a editorial para su correspondiente publicación. Simplemente, me dediqué a mandarlo a un montón de editoriales y una de ellas me publicó.

Hoy, ese libro tiene diecisiete ediciones.

El otro día escuché a un autor criticar a otro porque solo se le conocía a este último por un solo libro.

El comentario, más o menos, fue: ‘Efectivamente, escribió ese libro y nada más’.

Les voy a poner algún ejemplo de autores reconocidos, exclusivamente, por un solo libro:

Emily Brontë por ‘Cumbres borrascosas‘; Margaret Mitchell y ‘Lo que el viento se llevó‘ (premio Pulitzer en 1937); ‘Matar a un ruiseñor‘ de Harper Lee y que comentamos hace unas semanas; ‘Un árbol crece en Brooklyn‘, de Betty Smith; Oscar Wilde, por ejemplo, escribió cuentos, ensayos, poesía, obras de teatro y tan solo una novela: ‘El retrato de Dorian Gray‘; ‘Doctor Zhivago‘ de Boris Paternak; ‘Tiempo de silencio’, única novela de Luis Martín-Santos a causa de su prematura muerte en un accidente de tráfico en 1964; ‘El Dios de las pequeñas cosas‘, la primera obra de Arundhati Roy y, hasta ahora, su única novela; Juan Rulfo, por ‘Pedro Páramo‘; Walt Whitman, por ‘Franklin Evans, el borracho‘; Giuseppe Tomasi de Lampedusa, por ‘El Gatopardo’; Pierre Choderlos de Laclos, por ‘Las amistades peligrosas‘…

Hay muchos más…

Mary Shelley y ‘Frankenstein’; Arthur Golden y ‘Memorias de una geisha’; Kathryn Stockett y ‘Criadas y señoras’;  Por supuesto, Salinger y ‘El Guardián entre el centeno’; ‘Los girasoles ciegos’ de Alberto Méndez; ‘La conjura de los necios’ de Kennedy Toole; ‘La celestina’ de Fernando de Rojas; ‘Libro de buen amor’ de Arcipreste de Hita…

Seguro que a muchos de ustedes les vienen a la cabeza muchos autores y autoras más, ¿verdad?

Aplaudo a todos los escritores que luchan por publicar sus obras y más aún si lo consiguen. Espero que tengan la suerte o la literatura para alcanzar muchos éxitos literarios.

A mí me gusta escribir. Publico libro cada cinco o seis años, así que tampoco me preocupo mucho por estar en las librerías.

Soy perfectamente conocedor de lo que es imbuirse en una obra. La soledad que conlleva. La desesperación que genera. La frustración que entraña. La satisfacción tan mayúscula cuando finalizas tu obra. ¡Ay, qué placer tan inmenso!

Pero nunca, nunca me dedicaré a criticar a otro autor o autora. Escriba uno o cien libros. Sea un clásico o no lo sea.

Mis letras no van por esas lides.