Seis de julio al fin, otro año en la espalda y otro viaje a mi Kamchatka particular, ya saben. Cada vez llego más justo y con más necesidad de recargar en casa, en la raíz, así que por favor no vengan a dar la turra con sus juicios de valor sobre las fiestas de San Fermín. Que cada palo aguante con su vela.