La asombrosa actitud del inefable Spiderman, delegado de Ecología Urbana y Movilidad (observen el detalle de lo de “Movilidad”), frente a la lamentable sucesión de atropellos en Pamplona, alguno de los cuales ha acabado, lamentablemente en el fallecimiento del peatón, está provocando una ola de indignación general entre la ciudadanía.
En el Parlamento de Navarra, aquel que tiene una dirección tan peculiar, se celebran minutos de silencio y recogimiento con la mayor de las causas justificadas. Sin embargo, últimamente se están multiplicando en número y cuantía otros que desvirtuan esta acción y sitúan a nuestra Cámara al borde del ridículo, si es que no lo ha traspasado ya.