Según se ha expuesto, el núcleo urbano de Orcoyen está separado de Pamplona por la PA-30, lo que supone un "riesgo elevado" para los peatones y ciclistas que la cruzan.
Todo ha quedado en un susto y tan sólo se han registrado daños materiales en el vehículo por la estrechez del camino y las curvas de la rampa, en forma de caracol.