Pablo y Guillermo Hermoso de Mendoza cortaron tres orejas cada uno en la tradicional corrida de rejones celebrada en Estella. La novedad del festejo radicó en el estilo mexicano que se le imprimió a la tarde, tanto en las vestimentas como en las formas de dar la vuelta al ruedo, justo en el sentido inverso. El mexicano Luis Pimentel cortó una oreja en cada uno de sus toros y deleitó a la afición navarra con suertes propias y un estilo inconfundible.
Hubo un tiempo, en España, en que no se llegaron a atar a los perros con longanizas, pero a las empresas con beneficios -repito: con BENEFICIOS- se les permitía ajustar plantillas con prejubilaciones al ciento por ciento de pensión, una parte a cargo de la empresa y, algunas veces, a cargo de su bolsillo y el mío.