• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / Victoria Lafora comenzó su carrera profesional en Diario 16 y participo como jefa de nacional en la salida de Telemadrid,

La incógnita de Cospedal

Por Victoria Lafora

Es verdad que María Dolores de Cospedal ha salido muy reforzada de la crisis del Yak 42.

Que el dictamen del Consejo de Estado, sobre las causas del accidente más vergonzoso que han sufrido las Fuerzas Armadas en misiones en el exterior, dejó al Gobierno contra las cuerdas en su defensa a ultranza de Trillo. Pero, su continuidad al frente de la secretaria general del PP, sigue en el aire.

Puede ser este el único tema de debate precongresual de los populares antes de febrero. La batalla sobre su permanencia no afecta solo al partido, donde hay muchas voces que consideran que el Ministerio de Defensa es incompatible con ejercer el liderazgo de una formación política, sino a destacados miembros del Gobierno.

Los mismos que están detrás de que un importante grupo de comunicación haya hecho bandera de la salida de Cospedal.

En Génova 13, los jóvenes vicesecretarios esperan su oportunidad y, en el ejecutivo, las malas relaciones entre la poderosa vicepresidenta, Sáenz de Santamaría, y la ministra de Defensa son harto conocidas. La última palabra, como en todo, la va a tener Rajoy, al que gustan muy poco los "líos".

Por eso el apoyo, tarde pero contundente, a la actuación de Cospedal con las víctimas del accidente aéreo, se ha interpretado como la carta blanca de la ministra para seguir al frente del partido.

Además, que José María Aznar considere que ambos cargos son incompatibles es un punto a favor de Cospedal, porque Rajoy, con tal de llevarle la contraria y más tras su abrupta salida de la presidencia del partido, la mantendría en el puesto. Esto último, es una broma que circula por la sede.

Hay quien da por hecho que Martínez Maillo va a ser ascendido y que será, in pectore, el nuevo secretario general. Que, en caso de quedarse, Cospedal ostentaría un mando más honorífico que real.

El poder que otorga la presidencia del Gobierno suaviza cualquier polémica interna y confiere al partido que lo ostenta una unanimidad inquebrantable con su líder.

La petición de Cristina Cifuentes de celebrar unas primarias de verdad -un militante un voto- va a tener un corto recorrido ya que la seudo reforma de Maíllo es la que cuenta con más avales. Todo seguirá igual en el PP nacional y también en el de Madrid que celebra su congreso un mes después.

La presidenta madrileña no podrá convertir el PP madrileño en punta de lanza de la modernidad, con unas primarias para elegir a su responsable máximo, porque del congreso nacional saldrá la fórmula de elección de dirigentes nacionales y regionales.

Mariano Rajoy, que hace un año se tambaleaba entre los suyos, va a ser el único dirigente político (no hay más que mirar al PSOE, Podemos o Ciudadanos) que convierta el congreso en un paseo militar.


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