• viernes, 29 de marzo de 2024
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Opinión / Victoria Lafora comenzó su carrera profesional en Diario 16 y participo como jefa de nacional en la salida de Telemadrid,

Emparedado

Por Victoria Lafora

El Partido Popular está absolutamente convencido de que el PSOE acabará absteniéndose y dejará gobernar a su líder, Mariano Rajoy,  con Ciudadanos.

En Podemos están también convencidos de que el PSOE se va a abstener para dejar gobernar a Pablo Iglesias con IU, las Mareas y ERC. A nadie se le pasa por la cabeza la posibilidad de una tercera convocatoria electoral. Todos apelan al sentido de Estado pero siempre que lo ejerza el contrario.

Han convertido así a los socialistas en un emparedado al que no le queda más disyuntiva que muerte o muerte. Por eso, curiosamente, las dos formaciones que consiguieron el único acuerdo de Gobierno en esta legislatura fallida van a ser ninguneadas en la campaña electoral. Los populares cuentan con que Albert Rivera les seguirá, hagan lo que hagan y sin exigencias de cambio de candidato. En cuanto al PSOE lo van a ignorar pero sin hacer sangre, porque lo van a necesitar.

Por la misma razón Pablo Iglesias, que se ve en Moncloa, solo tiene un enemigo que es Mariano Rajoy. A Ciudadanos ni agua y al PSOE mensajes condescendientes de amor, muy publicitados en redes sociales, con ofertas envenenadas.

La clave es como va a conseguir zafarse el PSOE de ese emparedado antes de que lo pasen por la plancha. Se puede dar la paradoja de que votantes de Izquierda Unida, en desacuerdo con el pacto "podemita", no se atrevan a votar socialista por si, llegado el momento, dejan gobernar a Mariano Rajoy. O votantes de centro, hartos de la corrupción que rodea a los populares, tengan miedo de que su voto a Sánchez convierta a Iglesias en presidente del Gobierno.

La formación morada, tan hábil en estrategias electorales, ya cuenta con la defenestración de Sánchez si ellos le superan en escaños. Pero saben también que la llegada de Susana Díaz a la dirección socialista haría imposible cualquier acuerdo y menos con un referéndum en Cataluña de por medio.

El PP no exige a Sánchez que se moje y adelante con quién va a pactar. Sabe que si compromete su apoyo a Rajoy no le votaría nadie y firmaría el acta de defunción de unas siglas centenarias. En Podemos tienen prisa y una vez fagocitada Izquierda Unida quieren que los socialistas dejen claro en campaña con quien van a pactar. Lo dicho: muerte o muerte.

Así las cosas, solo el apoyo incuestionable del Comité Federal del PSOE a la actual dirección, el apoyo unánime a unas líneas programáticas, sin fisuras de barones territoriales defendiendo su parcela, y dejando muy claro en qué condiciones se podrá alcanzar un pacto, puede dar certezas a sus votantes.

Porque pactos va a haber. Y sin ellos no habrá Gobierno. O se tendrán que convocar elecciones por tercera vez, y esta vez sí, irse todos ellos a su casa; por pura vergüenza torera.


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