• viernes, 29 de marzo de 2024
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Opinión / Ha sido columnista habitual del periódico El Mundo, colaborando también con otros periódicos, revistas, programas de radio y televisión. Ha participado en el programa debate de TVE, 59 segundos.

Susana y la intemperie

Por Rafael Torres

Susana Díaz conoce la intemperie del mundo exterior de visita. Salvo algún trabajillo de poco momento cuando cursaba sus estudios, no hay nada en su curriculum que remita a la lucha por la vida extramuros del partido y de la Administración.

Moreno Bonilla, su contrincante pepero en Andalucía, por ahí le anda.

Nada tendría de particular ese pertinaz encalomamiento en las covachuelas de la política si no fuera porque la función de ésta, su única función legítima, es la de mejorar, transformándola de raíz para ello si es menester, esa intemperie que éstos dos políticos citados, como buena parte de los que abrevan en el Presupuesto, desconocen por no haberla experimentado ni sufrido en sus personas en la edad adulta.

Susana Díaz anunciará su candidatura para secretaria general en las primarias del PSOE, al parecer, el próximo día 26, pero eso no es noticia. No es que se viera venir, sino que ha venido, como si dijéramos, a plazos o en fascículos, y ha terminado de llegar cuando le ha convenido.

Sí es noticia, aunque recurrente, repetida, la enésima instalación del PSOE en el lado de allá de la realidad, en el de los predios confortables del Estado y sus partidos, donde todo es casi gratis total y donde gustan habitar nuestros políticos desde su más tierna juventud.

En el lado de acá, en la intemperie, en el lado del paro, los menús tóxicos de bar al mediodía, los ambulatorios atestados y llenos de miasmas, la explotación laboral, la emigración forzosa, el yermo cultural, la educación pública como de Beneficencia, ¿qué puede esperarse de ellos?

Pero tampoco tendría nada de particular el perfil y la procedencia de la más que probable futura jefa del PSOE, de todo el PSOE, si no fuera porque con esa oportunidad perdida de renovación, empezando por el cabal conocimiento físico de la intemperie por parte de sus dirigentes, se compromete la supervivencia de esa izquierda no marxista llamada socialdemocracia que en los países civilizados ha opuesto al capitalismo salvaje, representado en España por el PP, algunos frenos y límites en beneficio del conjunto de la sociedad.

De los pasillos viene Susana Díaz, y a los pasillos va. Sus competidores, en diferentes grados, también. El que menos, Pedro Sánchez, que se ha ganado la vida alguna vez en la intemperie, es, lamentablemente, el que menos de todo también, aunque le adorna el equívoco romanticismo del eterno perdedor.


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