• jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 12:27

Opinión / Ha sido columnista habitual del periódico El Mundo, colaborando también con otros periódicos, revistas, programas de radio y televisión. Ha participado en el programa debate de TVE, 59 segundos.

Seis años por 79 euros

Por Rafael Torres

Aquí uno puede quebrar una Caja de Ahorros y estafar a miles de clientes, pertenecer a la dinastía reinante y darse al blanqueo de dinero, usar a la Policía Municipal a caballo y en traje de gala

para escoltar a un amiguete en su paseo nupcial, tener un Jaguar en el garaje y asegurar que desconocía su existencia o ser ministro y tener cuentas opacas en Panamá, que no le pasará a uno nada o casi nada. Pero si uno es pobre y tiene un tropiezo de juventud, entonces conocerá la cara más espantable de la Justicia, esa que, según uno de sus máximos responsables, está hecha para castigar exclusivamente, brutalmente, desproporcionadamente, a los robagallinas.

Alejandro Fernández, un chaval de 24 años que trabaja en un bar de camarero a entera satisfacción del patrón, que le confía las llaves de la caja, y de los clientes, ha ingresado en la cárcel de Albolote porque en 2010, cuando era un crío, usó una tarjeta ful, que no era suya, para hacer una compra por valor de 79,20 euros. Alejandro Fernández, que ha agotado todos los recursos para evitar que la Justicia tuerza lo que su buena condición ha sabido enderezar, debe pasar seis años en prisión por apropiarse de esa calderilla y porque los tribunales no creyeron su versión de que fue inducido a la comisión de ese ilícito con ignorancia total de que lo estaba cometiendo.

Fuera inducido e ignorante de la falsedad de la tarjeta de marras, o fuera consciente y la usara con deliberación, tanto da seis años más tarde, máxime cuando ni antes ni después Alejandro ha cometido ningún otro delito y cuando ha organizado su vida con una decencia que ya quisiéramos que hubieran tenido los cleptócratas de guante blanco y cargo público que han arruinado la nación. Impóngasele una pequeña multa simbólica, como para que no parezca que se pueden usar las tarjetas que no son de uno (¿y las "black" de Caja Madrid?), y libérese en el acto a esa criatura a la que han entrullado por un remoto e insignificante mal paso de juventud.


  • Los comentarios que falten el respeto y que no se ciñan al tema de la noticia, podrán ser eliminados.
  • Cada usuario será el único responsable de sus comentarios.
Seis años por 79 euros