• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / Profesor de Social Mobile Marketing.

La lucha de la clase obrera por el PAI (II)

Por Pello Gámez

No vale con el inglés. No, no vale. No seamos paletos. El conocimiento y dominio de un idioma con el inglés no va a ser suficiente. 

Concentración de Apymas British-PAI en Tudela (3)
Concentración de Apymas British-PAI en Tudela (3)

Y, o lo interiorizamos desde ya, o nuestros hijos las van a pasar canutas cuando terminen de estudiar, porque ya será demasiado tarde.  

DERECHO A ELEGIR. A nuestros hijos debemos darles el DERECHO A ELEGIR. A elegir su futuro. A elegir qué hacer con su vida. Y para poder elegir NECESITAN EDUCACIÓN, NECESITAN IDIOMAS. Y debemos luchar por ello. Este es el momento. Yo lo hago, cada vez con más ímpetu. Porque están jugando con el futuro de mis hijos, y por ahí no paso.

¿Qué por qué digo todo esto? Les voy a contar brevemente mi primera experiencia con los idiomas. Me gustaría que viesen por qué son tan importantes para poder conseguir un empleo. Porque no competimos con otros navarros. O con otros españoles. COMPETIMOS CON EUROPEOS. Competimos con gente de otros “veintipico” países. Gente que viene preparadísima, que lleva años estudiando idiomas. Gente que domina el inglés, el francés, el alemán, el italiano.. y cuya lengua materna es el holandés, el serbio, el polaco, el rumano o el lituano.

Allá por el año 2002 tuve la suerte de poder salir de España. Por decisión propia. La verdad es que corrían buenos tiempos en el país y los estudiantes que tenían que incorporarse al mercado laboral veían como la oferta laboral era lo suficientemente amplia como para que su acceso al mercado de trabajo no resultase complicado. Eran buenos tiempos.

Siempre tuve la inquietud de trabajar en el extranjero y, después de tres años trabajando en La Caixa, decidí trasladarme a Bruselas. Tenía muy buena pinta: yo hablaba inglés y francés y había una gran oferta laboral para gente joven con algo de experiencia. Así que vendí el coche, me fui un par de meses a Irlanda para refrescar el inglés trabajando de camarero y allí me planté. 

Los dos meses de Irlanda fueron bastante “amenos” porque mi nivel de inglés era ya bastante bueno (4º de la escuela de idiomas) y pude trabajar de camarero. No todos corrían la misma suerte porque si no hablabas lo suficientemente fluido te tocaba trabajar en las cocinas o fregando platos, donde como mucho ibas a practicar el lenguaje de signos con los estudiantes chinos u otros  extranjeros que llegaban al país con un nivel de inglés muy bajo.

En Bélgica, la primera en la frente: el inglés y el francés no bastaban. Las empresas belgas requerían de otro idioma más: el flamenco. Hay que joderse. Toda la vida estudiando idiomas y la primera vez que los necesito de verdad no bastaban.

La búsqueda de empleo se complicó: tuve que centrarme en empresas internacionales, donde no se necesitase el flamenco. Y aunque vivir en Bruselas no es tan caro como en París o Londres, los ahorros iban bajando rápidamente. Entre tanto me pasé por 17 “Agences d’Interim” (ETTs) y así poder practicar para las entrevistas, contando una y otra vez mi currículum en inglés y francés.

Dos meses me costó empezar a trabajar, primero en la Cruz Roja Internacional y al poco en una empresa alemana. En cuanto conseguí trabajo, me apunté a clases de flamenco a la EPFC, la escuela de idiomas belga, que costaba unos 80 euros el cuatrimestre (por nivel). 6 horas semanales (sólo se podía elegir entre 6-9-12 horas semanales e intensivos de 20), tonterías las justas, que allí lo de los idiomas se lo toman en serio.

Cuatro años más tarde volví a Pamplona. Ya les contaré más tarde mis andanzas, pero pueden estar seguros de que gracias a los idiomas he podido ELEGIR donde trabajar y a qué dedicarme. Y les aseguro que eso es impagable.

EUROPA NO ESPERA. A Europa le da igual que dominemos el catalán, el euskera, el valenciano, el gallego, el irlandés u otras lenguas locales. Nuestras empresas trabajan cada vez más con el resto de los países europeos  porque no hay aranceles. Y ya no hablo de exportar, sino también de importar.

Los trabajos cualificados donde piden ingenieros o u otros técnicos ya no aceptan currículums sin inglés. La documentación técnica se trabaja en inglés. Las conferencias internacionales con clientes o proveedores son algo habitual. Imaginen dentro de 10-15-20 años, cuando nuestros hijos se incorporen al mercado laboral. O imaginen cuando queramos enviarlos de Erasmus para que puedan estudiar en el extranjero. ¿Qué futuro les podemos ofrecer si no les permitimos aprender idiomas?

Por eso, y no quiero repetirme excesivamente, tenemos que luchar por el PAI. Sobre todo los que no tenemos los recursos económicos de la presidenta Barkos para enviar a nuestros hijos todos los veranos a estudiar inglés a Irlanda o Inglaterra. Esta es una lucha de clases. Es una lucha por la educación, por un futuro mejor.

Hay que apoyar el PAI porque nuestros hijos tienen que acabar los estudios hablando más de dos idiomas. O les estaremos minando su DERECHO A ELEGIR. 


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