• viernes, 29 de marzo de 2024
  • Actualizado 09:05

Opinión / Ha trabajado en los principales medios de comunicación del país, desde Cadena SER o Cadena Cope, así como Telecinco, Canal Sur o Agencia OTR/Europa Press entre otros.

La farsa

Por Julia Navarro

No sé ustedes pero yo llevo meses harta del espectáculo continuo de nuestros políticos. Bien es verdad que la política tiene algo de teatro pero lo peor es cuando lo que se representa sobre el escenario es una farsa.

Y eso es exactamente lo que es está sesión de investidura de la que ya sabemos el resultado final: que Mariano Rajoy no saldrá elegido porque carece de los votos suficientes, que Pedro Sánchez se ha instalado en el "no" sin desvelar que alternativa ofrece, que Podemos se frota las manos a la espera de que el PSOE se decida a firmar un pacto con ellos para así fagocitarlos, que los partidos nacionalistas catalanes van a lo suyo y que en su agenda solo está la manera de romper con el Estado, etc, etc, etc.

Dos días de discursos, de replicas y contrarréplicas, de declaraciones en los "pasillos" de unos y de otros echándose la culpa del espectáculo. Mientras los ciudadanos seguimos con nuestro día a día intentando salir adelante pese a tanta incompetencia de quienes deberían de ser capaces de afrontar y poner remedio a los problemas que tenemos como país.

Por eso digo que todo lo que está sucediendo estos días en el Congreso es una farsa, un partido amañado puesto que sabemos el resultado final.

Lo peor es que nuestros políticos están logrando que de la indignación pasemos al aburrimiento y que si hay terceras elecciones muchos ciudadanos decidan quedarse en casa en vista de que los responsables políticos llevan un año actuando con tanta irresponsabilidad.

A veces pienso que están todos metidos en un bucle que les impide percibir la realidad, que viven ajenos a las verdaderas preocupaciones y problemas de los ciudadanos y que el país marcha a pesar de ellos.

En fin que una vez pasado el trámite de la investidura de Mariano Rajoy habrá que esperar a la segunda parte de esta obra teatral que ha devenido en farsa.


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