• jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 13:32

Opinión / Ha trabajado en los principales medios de comunicación del país, desde Cadena SER o Cadena Cope, así como Telecinco, Canal Sur o Agencia OTR/Europa Press entre otros.

Nosotras que escribimos

Por Julia Navarro

Hay proyectos que tienen un éxito inusitado. Por ejemplo la celebración del Día de las Mujeres Escritoras que ha puesto en marcha Ana Bujaldon (Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias) junto a la asociación "Clásicas y Modernas" que pilota la escritora Laura Freixas.

La iniciativa fue recogida de inmediato por Ana Santos, la directora de la Biblioteca Nacional, que por cierto está logrando que la institución se acerque cada vez más a los ciudadanos. Y el éxito ha sido total porque el Día de las Mujeres Escritoras no sólo se ha celebrado en España sino que muchos países latinoamericanos han hecho suya la idea.

¿Un Día de las Mujeres Escritoras? ¿Y por qué y para qué? Se preguntarán algunos. La respuesta no es otra que la de que nuestra sociedad aún debe de dar unos cuantos pasos más en pro de la igualdad. No basta con que las leyes dictaminen que todos somos iguales, que sin duda es un paso de gigantes, sino que la igualdad hay que llevarla a todos los rincones de la vida cotidiana.

Hoy en día, en Occidente, las editoriales publican libros en función de sus intereses y no si quién las firma es un hombre o una mujer. Pero aún hay una mirada masculina sobre la Literatura, por el empeño de algunos en calificar los libros escritos por mujeres como "Literatura femenina".

A nadie se le ocurriría decir que El Quijote es Literatura masculina y que por tanto queda lejos del interés de las mujeres. O que "Guerra y Paz" de León Tolstoi es igualmente Literatura masculina. Es más, me atrevería a decir que algunas de las grandes obras de la Literatura que precisamente tienen a mujeres como protagonistas han sido escritas por hombres.

Ana Karenina (Tolstoi), Alicia en el País de las Maravillas (Lewis Carroll), Berenice (Allan Poe) Fortunata y Jacinta (Pérez Galdos), Lolita (Nabokov), La Celestina (Fernando de Rojas), Aura (Carlos Fuentes). Sin olvidarnos de Helena de Troya de Homero, de la Nora de Ibsen, o de la Ofelia de Shakespeare, la Medea de Eurípides...

En mi opinión no hay Literatura femenina o masculina, sino buena o mala Literatura.

Se trata por tanto de sacudirnos de esa mirada patriarcal que aún sufrimos las mujeres incluidas las que escribimos. También de reivindicar a todas esas escritoras que en el pasado tuvieron que luchar en la sociedad de su tiempo por tener la osadía de escribir.

Desde Teresa de Ávila, a Juana Inés de la Cruz, pasando por Gertudris Gómez de Avellaneda, Concepción Saiz Otero, Francisca Sarasate, María Zayas Sotomayor, Emilia Serrano, Josefa Amar Borbón, Carolina Coronado, María Rosa Gálvez, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Lidia Cabrera, Elena Garro, etc, etc, etc..

Mujeres que no aparecen en los libros de texto de nuestros hijos, donde abundan los nombres masculinos.

El Día de las Mujeres Escritoras es una manera de recordar a las escritoras que nos precedieron y hacer una llamada de atención sobre la desigualdad que aún hoy existe a la hora de enjuiciar un libro escrito por un hombre o por una mujer. Y es que hablar Literatura femenina tiene connotaciones paternalistas, como si las mujeres fuéramos unas ñoñas que solo escribimos de ñoñerias.


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