• jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 12:02

Opinión / Ha trabajado en los principales medios de comunicación del país, desde Cadena SER o Cadena Cope, así como Telecinco, Canal Sur o Agencia OTR/Europa Press entre otros.

Democracia y ley

Por Julia Navarro

No les comprendo, confieso que no les comprendo. No comprendo como Alberto Garzón y Pablo Iglesias insisten en que es un error que el Gobierno haya acudido al Tribunal Constitucional para pedir la suspensión del acuerdo del Parlamento de Cataluña de iniciar los pasos hacia la secesión.

Tanto Garzón como Iglesias no dejan de repetir que el problema es político y hay que resolverlo haciendo política, y si, en parte tienen razón, hay un problema político encima de la mesa y habrá que hacer política para buscar una solución pero lo que no se puede permitir es que los representantes de una Comunidad Autónomas, así como una parte del Parlamento catalán, se salten la legalidad. Ante el desafío de los independentistas catalanes hay que responder con la ley en la mano lo que no impide hacer política para lograr buscar una solución. Pero primero hay que hacer respetar las leyes.

No vivimos en un país bananero sino en una democracia, con todos sus defectos, pero democracia. De manera que resulta insólito que dos dirigentes políticos como Garzón e Iglesias pretendan que si unos cuantos dirigentes políticos se saltan la ley hay que dejarles y no responder en los tribunales.

¿Qué haría cualquiera de ellos si tuviera la responsabilidad de presidir el Gobierno de España? Es más, como todo es política ¿qué harían si un día gobiernan y un grupo de ciudadanos decide saltarse la ley porque no les gusta? ¿Lo permitirán?

Iglesias asegura que si es presidente del Gobierno permitirá un referéndum consultivo en Cataluña, vale, es su opción, pero supongo que es una opción que llevaría a cabo dentro de la ley. En todo caso está bien saber donde está cada cual, y ya sabemos que estos dos políticos aunque dicen que quieren que España siga siendo España no tendrían ningún reparo en que se celebrara un referéndum en Cataluña, dejándonos al resto de los ciudadanos como convidados de piedra mientras otros deciden sobre el futuro de nuestro país, el que hasta ahora es de todos.

Los "mantras" resultan cansinos y repetir que hay que hacer política está muy bien, pero aquí y ahora además de hacer política lo que no puede hacer el Presidente del Gobierno es permitir que un grupo de políticos encabecen la secesión de una parte del territorio y permanecer impasible. Se podrá reprochar a Mariano Rajoy que no haya acertado en su estrategia para afrontar el órdago de Artur Mas, pero peor sería tener que reprocharle que se cruzara de brazos mientras Mas y sus amigos se saltan las leyes y pisotean la Constitución.

Creo que Alberto Garzón y Pablo Iglesias se equivocan no defendiendo primero la legalidad. En democracia las leyes se pueden cambiar pero mientras están en vigor hay que cumplirlas. Ese es me parece a mi el "a, b, c" de la política pero sobre todo de la democracia.


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