• viernes, 29 de marzo de 2024
  • Actualizado 13:38

Opinión / Ha trabajado en los principales medios de comunicación del país, desde Cadena SER o Cadena Cope, así como Telecinco, Canal Sur o Agencia OTR/Europa Press entre otros.

El año de Europa

Por Julia Navarro

La Unión Europea es un gran invento que hay que preservar. La pregunta es si los actuales dirigentes políticos y los euroburócratas van a ser capaces de hacerlo.

El problema es que el 2017 será clave para consolidar la Unión o para asistir a su declive.

Lo que no se puede negar es que hay un desapego por parte de muchos ciudadanos hacia la Unión porque en estos años de crisis no han encontrado en ella la respuesta a sus problemas sino que por el contrario, las políticas de austeridad extrema sentenciadas desde Bruxelas a instancia de Alemania han resultado devastadoras. A estos hay que añadir la crisis de los refugiados, que ningún gobierno europeo ha sabido gestionar adecuadamente y tampoco lo han sabido hacer los dirigentes de Bruxelas.

De manera que tenemos un problema, un problema de fondo que hay que abordar no instalándonos en el "deber ser" sino en la realidad.

Las elites políticas que han gobernado Europa en las últimas décadas se han alejado del sentir de los ciudadanos, sencillamente desconocen lo que pasa en las entrañas de la sociedad y por tanto son incapaces de hacer un diagnostico y dar una receta precisa para abordar y resolver esta crisis de credibilidad de la Unión Europea.

El auge de los populismos en toda Europa es el resultado de ese alejamiento entre las elites políticas y la gente común y precisamente en este 2017 hay elecciones en Alemania, Holanda, Francia, Chequía, donde los partidos populistas están ya marcando la agenda política y lo que es peor algunos tienen posibilidades de ganar las elecciones. Por si fuera poco también en este año desde el Reino Unido se van a dar los primeros pasos que culminen en el brexit.

Hay que combatir el populismo y es un combate urgente porque Europa se juega su alma en ese combate. Pero no basta con hacer discursos sino que se trata de hacer política.

Lo primero es acabar con esas políticas de austeridad que han provocado tantas desgracias y dolor en millones de familias abocandolas a dejar de creer en la UE. Hacen falta políticas sociales, restituir el "Estado del bienestar" mermado en muchos de los países de la UE. Políticas que invierta en tecnología, investigación y conocimiento, que creen empleo y sean un acicate para nuestros jóvenes.

Políticas que generen confianza en los ciudadanos de que la Unión Europea es un vehículo eficaz para resolver sus problemas. Y desde luego hace falta una política común de seguridad y un plan serio y riguroso que de respuesta al problema de los refugiados.

Este fin de año todas las capitales europeas aparecían "blindadas" ante el temor de un ataque terrorista que termino siendo perpetrado en Estambul. El problema es que muchos ciudadanos ven a los refugiados como un elemento desestabilizador y como una amenaza y eso no se resuelve con palabras sino con políticas activas para dar respuesta al problema de los refugiados. No se trata solo de acogerlos sino de disponer de medios que hagan posible su integración de lo contrario la xenofobia continuara aumentando.

No es una tarea fácil pero las elites políticas que nos han venido gobernando no tienen otra opción que escuchar el sentir de la ciudadanía y dar respuesta a sus inquietudes en vez de seguir gobernando desde la altura y de espaldas a la sociedad. Nos jugamos mucho, nada menos que el sueño de la Unión Europea. Un gran invento.


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