• viernes, 29 de marzo de 2024
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Opinión / osasuNAvarra

Esta vergüenza de Osasuna en Bilbao nadie la esperaba

Por José Mª Esparza

El equipo de Bilbao jugó contra nadie en la primera mitad y acabó los deberes en la segunda. ¿Contra quién jugó? No se sabe. A Osasuna solo le faltó vestir de fucsia.

Una vergüenza, es decir, una mierda. Ir a Bilbao a hacer el ridículo nadie había escrito en el guion. A saber qué pensaba Arrasate, pero el hecho inédito de hacer dos cambios en el descanso confirma que se equivocó y, al menos, hizo autocrítica.

El desastre comenzó no tanto en el once inicial, que también, como en las disposiciones repartidas antes de salir al campo. Osasuna no piso en la primera parte el campo bilbaíno una sola vez, entiéndase, y en la segunda no logró una sola aproximación con mínimo peligro. ¿A qué jugó el equipo de Jagoba? Que responda el técnico si es que sabe.

A Bilbao hay que ir ¡siempre! a ganar o morir, aunque aparentemente no haya nada en juego. En este caso el equipo bilbaíno se jugaba la posibilidad de jugar en Europa, pero es que Osasuna apostaba mucho más, el honor y la honra, máxime después de la humillante derrota de la primera vuelta en El Sadar. Quien no entienda esto es que no comprenda qué es Osasuna. Los rojillos siempre se juegan la temporada a una carta llamada permanencia, eso es así. A partir de ahí, la plusvalía se llama vencer al Bilbao Club. Quien nos coloniza. Quien no lo quiera entender…, igual sobra.

Difícil comprender la falta de intensidad, de actitud, de ritmo del equipo navarro en la primera mitad. Ni una anticipación al rival, ni una presión. Nada de nada. ¿Qué esperaban en San Mamés? Así, en la nada, no se maduran los partidos, ni se intimida al rival, ni se adivina estrategia alguna. Un partido tan blando como el de este Osasuna en San Mamés resultará difícil recordar. Ni siquiera plantear pelea, oiga. De acuerdo que en la segunda parte reaccionó. De acuerdo, insisto. ¿Pero para qué? ¿para dejar el camino expedito a lo que gusta a los bilbaínos a lo único que saben, a un contragolpe? 2-0.

Con la temporada resuelta, pese a cantos de sirena de los voceiros oficiales de que lo mucho en juego según el puesto o el dinero en juego, etcétera, etcétera, lo cierto es que, aunque solo fuera por la presión mediática local, nadie podía imaginar un ridículo semejante en Bilbao. Contra el Barça nos marcó Riqui Puig, en Bilbao rubricó Villalibre, nuevo sonrojo para Arrasate. No merece la pena hablar de tácticas, estrategias, directrices o meretrices. El problema se llama actitud, convencimiento o mentalización, algo que comienza en el vestuario mismo. O no, en Tajonar. Ahí se maduran los partidos o se desestiman. A saber por qué razones…

¿Acaso vestirá el factótum de fucsia o rosa algún día? Faltó caradura para repetir en Bilbao.


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