• viernes, 19 de abril de 2024
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Opinión / osasuNAvarra

UPN: La paz de los muertos

Por José Mª Esparza

A tres meses del Congreso no se vislumbran movimientos. Apenas se habla de bicefalia como alternativa al estado de coma emocional existente

UPN tiene una imagen de marca consolidada en Navarra. Es el partido mejor posicionado. La referencia. Cualquier otro necesita mirarse en él, compararse o medir sus fuerzas para estudiar posibilidades de éxito o fracaso. UPN es la formación política más sólida, cualquier otra se daría con un canto en los dientes para disfrutar de su posición de salida. Los electores lo saben también.

Para decantar su voto, la mayoría se pregunta primero, o afirma directamente, si UPN u otro. Ninguno más goza de tal privilegio. Unión del Pueblo Navarro es el partido más apreciado, envidiado o denostado. Para unos la piedra más fiable a que agarrarse, y para los otros el enemigo a batir por excelencia.

Dicho lo dicho, y a tres meses vista de uno de los congresos más importantes de su historia, en UPN deberían estar contando los días, las horas, para la gran cita. Resulta tan importante la convocatoria que se ha adelantado, pero no por ansiedad entre la afiliación, por ganas de que llegue, sino por cálculos, tientos, necesidades, temores, estrategias…

En verano se barajó la posibilidad de celebrar este congreso durante el pasado otoño, y unos y otros decidieron posponer, una decisión que permitía a cada uno estudiar sus opciones con más calma, pero que visto cuanto ha venido después mejor haberlo hecho entonces. Mejor la premura que la desidia.

El hipotético congreso se sustituyó en otoño por un simulacro de asamblea reducida a mera votación. Ahora hay tres ponencias obligadas en marcha y poco más. En aquella asamblea la afiliación, la poca que acudió a votar, tuvo ocasión de decantarse por una de las dos opciones reales o diluir su papeleta en una tercera. A día de hoy, todo indica que el próximo mes de abril no tendrá oportunidad de optar por nada.

O lo tomas o lo dejas. La imagen de marca que UPN todavía conserva fuera no se corresponde con lo parado que anda casi todo por dentro. Al menos en otoño dos grupos claros y tres candidatos. Faltaron debate y propuestas, pero al menos hubo movimiento. Hoy, nada de nada.

Entre la afiliación de UPN hay hartazgo, compás de espera mientras los acontecimientos cumplen plazo en el calendario. Hay más interés en controlar que en innovar, simplemente para evitar sobresaltos. El partido más popular de Navarra, más vivo, con mayor afiliación, ha devenido en un grupo desilusionado, sin propuestas, ni ganas de lucha, de combatir por algo.  Faltan ideas.

Todo afiliado a UPN sabe la Navarra que quiere, pero hoy no encuentra las vías para conseguirla. En Unión del Pueblo Navarro siempre ha habido trifulcas, insidias, debates, autocrítica… y sin miedo a que Navarra fuera su campo de batalla abierto, escenario público de sus grescas, porque eran las del pueblo y encontraban solución. Las guerras traían la paz y el Partido salió siempre fortalecido.

Hoy no. Su paz es la de los muertos. Cuesta entender que un Partido que lo es casi todo en Navarra se encuentre en tal estado de coma emocional. Ha perdido hasta su bien más preciado, la transversalidad ideológica.

Hay ciertas claves que pueden ayudar a entenderlo. Los últimos cuatro años han causado a UPN un daño irreparable, no solo en la pérdida del Gobierno Foral y de la práctica totalidad de los Ayuntamientos, sino en la deriva del propio Partido, paradójicamente sometido a un control espartano a la vez que abandonado a su suerte. De aquellos fangos se recogen estos lodos, o estos fangos vienen de aquellos lodos. Como se quiera.

El caso es que las dos opciones que el último otoño parecían un punto de partida válido, no tanto en cuanto nombres como para iniciar una puesta a punto interna, ya se han esfumado. A día de hoy no se vislumbran alternativas, simplemente grupos de amigos que comentan la apatía del entorno, unos con impotencia y otros con regocijo.

El papel principal de un líder siempre ha sido el de dinamizar y, en tal caso, a la vista salta cuanto ha ocurrido en UPN durante los últimos años, y en ésas sigue. Tanto, que de cara al congreso cada día se habla más de bicefalia. Tanto, que quien opte a la presidencia del Partido con un papel firmado prometiendo que su cometido será encontrar un candidato a la presidencia de Navarra  tendrá asegurada de salida la mitad de los votos. Pero no es momento de hablar ahora de liderato. Ya tocará.


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