• jueves, 28 de marzo de 2024
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Opinión / osasuNAvarra

Quince días después, Osasuna da a conocer la noticia

Por José Mª Esparza

El partido contra el Betis desnuda lo poco que refleja esta mini temporada lo que realmente es vivir el fútbol.

FM3579. SEVILLA, 08/07/2020.- Sergio Herrera, portero del Osasuna (d), rechaza un disparo a bocajarro de Nabil Fekir (i), del Real Betis, durante el partido de la jornada 35 de LaLiga Santander que se disputa este miércoles en el estadio Benito Villamarín de Sevilla. EFE/ Julio Muñoz
FM3579. SEVILLA, 08/07/2020.- Sergio Herrera, portero del Osasuna (d), rechaza un disparo a bocajarro de Nabil Fekir (i), del Real Betis, durante el partido de la jornada 35 de LaLiga Santander que se disputa este miércoles en el estadio Benito Villamarín de Sevilla. EFE/ Julio Muñoz

Había que cumplir el calendario porque había en juego un montón de millones, así ha sucedido, y todos contentos. Lo que es el fútbol, eso es otra cosa. Ni ambiente, ni tensión, ni tempo, ni capacidad de seguimiento, ni climax. Prácticamente todo queda en la clasificación como estaba antes de esta engañufla. Si cabe, resta la emoción por saber cuál de los dos más poderosos alcanza el campeonato. Y poco más. A costa de ello, a todos nos ha tocado tragar este truño infumable.

Por lo que respecta a Osasuna, parecía que la prima, que suele cambiar sustancialmente de quedar antes o después del puesto décimo, u otros aspectos como, por ejemplo, la capacidad de motivación del míster, podrían regalar alicientes a este final de temporada una vez consumada la permanencia matemática, ya que la salvación anímica realmente nunca peligró. Pero tampoco. El partido del Betis resultó otro fiasco, que además terminó en goleada.

Primer gol: cinco atacando a balón parado y nadie defendiendo, ni siquiera quien habilita la falta de fuera de juego. Segundo gol: lo mismo, cinco del Betis conduciendo a placer hasta rematar a gol. Después, a vegetar unos y otros. Los verdiblancos porque ya habían cumplido. Los rojillos, porque ya cumplieron la semana pasada. Aun así, cayó el tercero. Futbolísticamente, poco más reseñable. Habría que descender a casos particulares, como el desiderátum de que Arnaiz vuelva de donde vino, y no merece la pena.

A partir de ahí solo resta lo extra futbolístico, que hay mucho. Verbigracia. La víspera de la visita al Villamarín, a las 19.32 horas, el club emitía el comunicado de la dimisión de Alfonso Arróniz como miembro de la Comisión de Control Económico. La nota de prensa, que no habla de razones, ni sustitutos, ni de precedentes de dimisiones recientes, llega con ¡quince días de retraso!

El ’factotum’ presume de premios a la transparencia, normalmente otorgados al club que más notas de prensa emite, sin entrar a valorar su calidad ni, menos todavía, su intencionalidad. Pero todavía no he leído del cambio de aseguradora de la plantilla -y va para dos años de retraso-, de la marcha del plan estratégico -y ya ha pasado más de un año del plazo-, o de la externalización de las cuentas del estadio, del que seguimos en plena vorágine de reportajes disuasorios.

Igual se me ha pasado, y debo rectificar. Que me digan. Entre tanto, pensaré que el comisario político funciona dando lecciones de periodismo, para mayor gloria del ‘factotum’.


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Quince días después, Osasuna da a conocer la noticia